El narcomenudeo y un video del ataque complican la investigación del crimen de San Cayetano

La captura de cuatro sospechosos por el homicidio de una niña de 7 años representa apenas el primer paso en una investigación que expone un trasfondo inquietante: el ataque habría sido planeado como parte de una disputa territorial vinculada a la venta de drogas, y uno de los agresores habría intentado filmar la balacera para usarla como mensaje intimidatorio.

El hecho ocurrió el jueves, alrededor de las 16.20, en San Cayetano. La pequeña Z.R.V jugaba al carnaval junto a otros dos niños en la parte frontal de la casa de su abuelo paterno cuando aparecieron dos jóvenes caminando y otros dos en moto. 

Uno de ellos abrió fuego al menos cinco veces antes de escapar. Una de las balas impactó en la cabeza de la niña, que fue llevada de urgencia al CAPS del barrio y luego derivada al Hospital de Niños. 

Murió el viernes por la tarde, tras horas de angustia para la familia, que reclamaba información sobre su estado.

La División Homicidios, bajo la conducción de los comisarios Susana Monteros, Juana Estequiño, Diego Bernachi y Miguel Carabajal, detuvo a dos de los sospechosos pocas horas después: “Ratón”, de 19 años, y otro adolescente conocido como “Menor”, de 16. 

A pedido del fiscal Pedro Gallo, representado en audiencia por el auxiliar Lucas Maggio, al mayor se le dictaron cuatro meses de prisión preventiva, mientras que el menor quedó bajo medidas provisorias.

Con el fallecimiento de la niña, la tensión escaló. Mientras la Policía realizaba allanamientos para dar con los otros implicados, una turba incendió la vivienda del padre de los dos prófugos. Finalmente, “Chueco”, de 18 años, y su hermano de 15 se entregaron. Este último, por su edad, no puede afrontar cargos por homicidio.

Si bien la familia de la pequeña negó vínculos con el narcomenudeo, vecinos y fuentes de la investigación sostienen que detrás del crimen subyace una disputa entre ambas familias por la venta de drogas en la misma manzana. “Desde hace rato que se vienen peleando por lo mismo. La desgracia es que murió un angelito que nada tenía que ver”, afirmó una vecina. Otro residente fue más directo: “Ambos tienen su kiosco de venta y se robaban los clientes”.

Las pericias y los testimonios aportaron dos elementos claves. Por un lado, las imágenes captadas por cámaras de seguridad muestran que sólo “Chueco” manipulaba un arma, una pistola aún no recuperada. Por otro, se detectó que uno de los menores —presumiblemente el inimputable— habría filmado o intentado filmar el ataque. 

Para los investigadores, ese registro buscaría circular en redes sociales como advertencia, un patrón similar al de bandas narco del conurbano bonaerense que transmitieron asesinatos para aterrorizar rivales.

El crimen de la niña sacudió a San Cayetano y expuso, una vez más, cómo los conflictos asociados al narcomenudeo desbordan los márgenes delictivos y se vuelven tragedias que golpean a inocentes. La Fiscalía aún busca esclarecer por completo la mecánica del hecho, el rol de cada involucrado y el posible uso de la filmación como herramienta de intimidación criminal.