¿Es posible una invasión de mosquitos en Tucumán? La explicación de una investigadora del Conicet
Los mosquitos que aparecieron en Buenos Aires generaron preocupación por su potente picadura y su resistencia a los repelentes.
En la última semana se registró una disminución de casos de dengue en la región NEA, casos aislados en Cuyo y Región Sur, pero un aumento de casos en el NOA y Centro del país. En paralelo, los mosquitos preocuparon a todo Buenos Aires porque formaron nubes negras en diferentes puntos de la provincia.
«El mosquito que está volviendo locos a los porteños no transmite dengue», explica a LA GACETA la Doctora en Ciencias Biológicas Gisella Rodríguez y aclara que sí es portador de otras enfermedades como la Encefalomielitis Equina del Oeste. Mientras tanto, los afectados por la invasión aseguran que las picaduras de estos insectos son mucho más fuertes y advierten preocupados que el repelente no los ahuyenta. Entonces, ¿podemos protegernos o estamos indefensos ante la posibilidad de una «plaga»? ¿Puede ocurrir un fenómeno como este en Tucumán?
Buenos Aires: ¿se puede hablar de una «plaga» de mosquitos?
«Sí es una plaga, ya que aparecen en gran número de manera repentina, causando daño», concluye Rodríguez. La prolongada sequía, seguida por una temporada de fuertes lluvias, provocaron que tantos mosquitos nacieran al mismo tiempo en Buenos Aires. No se trata de Aedes aegypti, especie transmisora del dengue, signo de Aedes albifasciatus, «un mosquito de inundación, comúnmente conocido como ‘mosquito charquero'», explica Rodríguez, que además de ser investigadora de Conicet, forma parte del Instituto Nacional de Medicina Tropical.
El nombre popular de este insecto se debe a que los huevos “son puestos en charcas y resisten durante la sequía, al producirse nuevas precipitaciones con inundaciones de estos cuerpos, los huevos se mojan y eclosionan todos al mismo tiempo».
¿Puede haber una invasión de mosquitos en Tucumán?
Las diferentes condiciones en que se reproducen las dos especies de mosquitos nos obligan a hacer una distinción. Rodríguez considera que “es difícil” que se dé una invasión de Aedes albifasciatus. Explica que se debe a “una cuestión geográfica, donde las pendientes (del territorio tucumano) producen que el agua escurra”. Esto evita que se formen charcos.
Sin embargo, el mosquito sí está presente en la provincia y, al haberse desarrollado para alimentarse de sangre de animales –que tienen una piel más dura y resistente–, sus picaduras se sienten con mucha más intensidad en humanos. Para evitarlas, la especialista recomienda “cubrir el cuerpo con ropa liviana y clara, colocación de mosquiteras y tules, y evitar la exposición en los exteriores si no es necesario”.
Pero, ¿qué pasa con el mosquito que transmite el dengue? La investigadora explica que, aunque el Aedes aegypti no tiene una dinámica “explosiva”, sí puede ser considerada como una plaga. Los mosquitos nacen de manera asincrónica –todos en diferentes momentos–, por lo que no forman las nubes que se vieron en el cielo de Buenos Aires. Sin embargo, siguen causando daños en la población, situación que se ve reflejada en el incremento de casos de dengue en la región.
(Producción periodística: Milagro Corbalán)