Operativo Lapacho, creado por el gobernador Osvaldo Jaldo es un éxito
Los números registrados en últimos cinco meses del Operativo Lapacho dejaron en claro la fuerte presencia de narcos y contrabandistas en las rutas tucumanas, vías de acceso preferidas para introducir el veneno y la mercadería ilegal al norte y centro del país.
En ese breve lapso de tiempo, las fuerzas de seguridad, además de la droga reportada casi a diario, secuestraron mercadería valuada en más de U$S 2,5 millones.
Al tratarse de operativos que tienen cierta intermitencia, la pregunta que inquieta es ¿cuánta mercadería de contrabando ingresa a diario a Tucumán sin que sea advertida por los guardianes del orden?
El Operativo Lapacho fue implementado por Osvaldo Jaldo cuando aún era gobernador interino, para evitar que las drogas ingresaran a la provincia.
La tarea le fue encomendada a la Policía tucumana, Gendarmería Nacional y la Policía Federal. En noviembre pasado el titular de la fuerza Joaquín Girveau, con la venia del ministro de Seguridad Eugenio Agüero Gamboa, impulsó la creación de la Dirección de Puestos Fronterizos, responsable controlar los catorce puntos de ingreso que tiene la provincia.
Según un reporte de la fuerza, entre el 1 de noviembre pasado y el 25 de marzo de este año se efectuaron 668 procedimientos, mientras que en idéntico período del 2022/23 sumaron sesenta y ocho.
El aumento de más del 1.000 por ciento hizo que umentaran los secuestros de drogas (cocaína en un 1.000 por ciento), armas (60 por ciento), dinero (más de 6.000 por ciento), vehículos y motos (900 por ciento), granos (100 por ciento), azúcar (100 por ciento) y hojas de coca (77 por ciento).
El control de los uniformados en los límites derivó también en que se detuviera a ciento treinta y dos personas, cuando en el período anterior fueron apenas veinte. “Hay que tener cuidado con estas cifras. Sin lugar a dudas son impactantes, pero también muestran que antes se hacía poco o absolutamente nada. Ahora hay que ver si se podrá mantener con el tiempo porque todo esto implica un enorme desgaste”, destacó un funcionario judicial.
El valor de lo incautado también es significativo. Sólo la cocaína alcanzó U$S 1,5 millón; hojas de coca U$S 243.000, éxtasis U$S 190.000, marihuana U$S 164.600 y azúcar U$S 143.000.
También se descubrieron algunas modalidades delictivas que tuvieron repercusión nacional, como que las motos de alta gama robadas en Buenos Aires eran enviadas a Bolivia en encomiendas para, se cree, canjearlas por droga.
La crisis económica se volvió en un dolor de cabeza para las autoridades. Los países limítrofes volvieron a ser un imán para los que buscan vestir a su familia o revender las prendas. Los tours de compras a Bolivia se multiplicaron en los últimos tiempos.
Un informe de Gendarmería Nacional, indica que por el puesto de control de 7 de Abril, ubicado en la ruta 34, pasan en promedio 21 micros que efectuan este tipo de servicio.
“Humanamente es imposible controlar a todos. Estamos hablando de que es uno por cada hora. No tenemos tiempo para controlarlos a todos”, expuso un gendarme. “El problema es que los bultos en los que llevan los productos ingresados ilegalmente al país esconden drogas. Si uno analiza la situación, es casi la misma ruta que utilizan los narcos”, agregó un funcionario de la justicia nacional.
Tucumán es la única provincia en todo el NOA que dispone de escáneres móviles para revisar las cargas, algo con lo que Gendarmería Nacional también cuenta, pero los utiliza en la frontera. “Lamentablemente son insuficientes porque tenemos 14 puestos para controlar. Nos complica que seamos los únicos que podemos utilizarlos. Si las otras policías y las fuerzas federales los tuvieran, podríamos distribuir la cobertura”, aclaró una fuente del Ministerio de Seguridad.
El crecimiento del comercio virtual generó otro problema. Sin registros oficiales, las fuentes consultadas estiman que el tráfico de camiones y utilitarios con encomiendas ha crecido de manera exponencial en las rutas de la región.
“Es complicado por donde se lo mire. Si encontramos algo, tenemos que revisar bulto por bulto y eso nos lleva horas. A veces son 100 0 1.000 paquetes que debemos analizar. Nos puede llevar un día entero porque se debe descargar y cargar después”, explicó el comisario Fabio Ferreyra, titular de la unidad especial de la fuerza que se encarga de controlar los puestos fronterizos.
Investigadores y funcionarios judiciales aclaran que este es un tema complicado dada la legislación actual. La privacidad de la correspondencia es un derecho constitucional. Cualquier apertura de una encomienda debe contar con autorización judicial y con testigos. Las empresas que se dedican a este tipo de transportes tampoco tienen responsabilidad.
“La persona que envía una encomienda, a través de una declaración jurada, se compromete a no mandar algo que está fuera de las normas. Es de ella la responsabilidad, no de la firma que realiza el servicio”, aseguró el comisario Ferreyra.
El gerente de una empresa de correo privado admitió que es todo un problema. “Tenemos muchos inconvenientes, pero estamos atados de pies y manos. No podemos revisar lo que mandan por cuestiones legales”, aseguró. “Tampoco podemos usar escáneres como en los aeropuertos porque no estamos habilitados para hacerlo. Y si lo hiciéramos, no contaríamos con la estructura ni los recursos humanos para hacerlo”, completó.
Ferreyra aportó otros datos que abarcan la complejidad del caso. “Hay varias empresas que tercerizan el servicio, lo que va abriendo aún más el abanico de posibilidades de transportar elementos de manera irregular”, describió. “Pero también nos dimos cuenta de que los conductores son tentados para realizar el traslado por cuenta propia. Todo es muy complicado”, detalló.
“Los resultados que hemos conseguidos con el Operativo Lapacho son positivos. No sólo estamos acabando con las actividades ilegales, sino que logramos colaborar con los entes recaudadores porque detectamos casos de evasión tributaria secuestrando granos y azúcar, fundamentalmente”, sostuvo el jefe de Policía en diálogo con un medio local.
El titular de la fuerza reconoció que cubrir todos los puestos fronterizos es todo un tema. “Aumentamos los recursos humanos y la presencia policial. Esa es la razón del crecimiento de los secuestros. Vamos a seguir insistiendo con este plan”, enumeró Girveau.
