El desafío de Jaldo: Liderar en un escenario político polarizado y cambiante
Osvaldo Jaldo, gobernador de Tucumán, culmina el 2024 con un alto nivel de aprobación en su gestión, alcanzando un 75% según un sondeo de Mario Nahuz. Esta cifra destaca su capacidad para mantener una gestión bien valorada, aunque su imagen personal refleja un menor respaldo. Este panorama presenta un desafío para Jaldo: sostener su popularidad en un escenario político y económico cada vez más complejo.
El oficialismo también encuentra apoyo en figuras como Rossana Chahla, intendenta de San Miguel de Tucumán, quien se ubica en segundo lugar en imagen pública, seguida por el diputado radical Roberto Sánchez y el vicegobernador Miguel Acevedo. No obstante, líderes como Ricardo Bussi y Juan Manzur figuran entre los menos valorados, reflejando una polarización creciente.
En el gabinete provincial, la situación es diversa. Federico Masso, titular de Desarrollo Social, enfrenta desafíos tras una controversia relacionada con la venta ilegal de mercaderías, aunque su manejo de la crisis le permitió preservar su posición. En contraste, la cartera de Economía enfrenta críticas, mientras su titular, Daniel Abad, advierte sobre los desafíos fiscales en un año electoral marcado por la recesión.
Con elecciones de medio término previstas para mayo de 2025, el panorama político en Tucumán está dominado por una creciente polarización entre el peronismo y La Libertad Avanza, con una diferencia favorable de ocho puntos para los libertarios. Sin embargo, un 34% de indecisos señala un desencanto generalizado con la política, lo que obliga a todas las fuerzas a replantear sus estrategias.
El futuro de Jaldo y su equipo dependerá de su capacidad para capitalizar el respaldo logrado en su gestión y consolidar una base electoral que le permita mantener al Partido Justicialista en el centro de la política tucumana, en un contexto de incertidumbre económica y disputas internas.