Terror en Estación Araoz por Los Verduleros, una banda de ladrones que usurparon los terrenos del ferrocarril y usan carros para robar
En la localidad tucumana de Estación Araoz, un grupo delictivo conocido como «Los Verduleros» ha generado preocupación entre los vecinos al ocupar terrenos ferroviarios y desarrollar actividades delictivas que incluyen robos, hurtos y violencia.
La banda, compuesta por más de 30 personas —entre menores y adultos—, opera desde la zona conocida como «El Melón», en la jurisdicción de la Comisaría de Estación Araoz.
El grupo, originario del Mercado Frutihortícola Mercofrut, usurpó terrenos pertenecientes al ferrocarril, convirtiendo la zona en un punto de operaciones.
Con el uso de carros, los integrantes han sido vinculados a delitos como robos en domicilios, hurtos de herramientas, electrodomésticos y hasta animales, según informó la Policía de Tucumán.
Los antecedentes penales y el comportamiento violento de los miembros de «Los Verduleros» han alimentado el temor de la comunidad local, que ahora vive en un clima de inseguridad.
“No podemos salir tranquilos, sabemos que si nos ausentamos por unas horas, volvemos y ya nos han robado”, relató un vecino de forma anónima, reflejando el impacto del accionar de esta banda.
La Policía de Tucumán ha tomado conocimiento de la situación y está evaluando medidas para desarticular al grupo. Las denuncias de los vecinos han sido clave para identificar la magnitud del problema, que no solo afecta la tranquilidad de la población, sino también la seguridad de sus bienes y el orden público.
Aunque todavía no se han implementado operativos concretos, fuentes policiales anticiparon que se está diseñando una estrategia para abordar el problema. La situación, además, pone de manifiesto la necesidad de reforzar la presencia del Estado en áreas vulnerables para prevenir que estos grupos continúen expandiendo su influencia.
El accionar de «Los Verduleros» ha calado hondo en Estación Araoz. La violencia y la impunidad con la que operan han generado un clima de miedo entre los residentes, quienes evitan denunciar por temor a represalias. La falta de acciones inmediatas, según algunos habitantes, ha permitido que el grupo se consolide como una amenaza constante para la comunidad.
Este caso evidencia las complejidades de combatir el delito en zonas rurales y semiurbanas, donde la ausencia de recursos y la dispersión geográfica dificultan las respuestas rápidas y efectivas.