Hallstatt, el encantador pueblo que inspiró Frozen y lucha por sobrevivir al turismo masivo
Desde su estreno en 2013, la película infantil Frozen se convirtió en un fenómeno global. Con su historia mágica, personajes entrañables y paisajes de ensueño, conquistó a niños y adultos por igual. Pero lo que pocos sabían al principio es que ese universo animado se basó en un lugar real: Hallstatt, un pequeño pueblo austríaco que, tras el éxito de Disney, vivió una transformación tan radical como inesperada.
De tranquilidad alpina a furor turístico
Rodeado por montañas nevadas y a orillas de un lago cristalino, Hallstatt parece salido de un cuento. Su arquitectura tradicional y sus vistas panorámicas fueron, según confesaron los creadores de Frozen, fuente de inspiración directa para el reino ficticio de Arendelle.
Antes del boom cinematográfico, Hallstatt era un apacible destino con menos de 800 habitantes. Sin embargo, en 2023, el número de visitantes llegó al millón anual, con picos de más de 10.000 turistas por día, según datos oficiales.
Un pueblo bajo presión
La afluencia masiva cambió por completo la vida cotidiana de sus pobladores. Las aglomeraciones se volvieron constantes, el tránsito colapsó y los espacios sagrados, como iglesias centenarias, debieron ser custodiados por seguridad para garantizar el respeto durante las ceremonias religiosas.
El mirador con vista al lago se convirtió en el sitio más fotografiado del pueblo, y en el epicentro de los problemas. En un intento por frenar las multitudes, en 2023 las autoridades instalaron un muro de madera para bloquear la postal clásica. El objetivo era desalentar las selfies y reducir la afluencia. Pero el efecto fue inverso: el muro se volvió viral y atrajo aún más atención.
Réplicas, medidas y el futuro
El interés por Hallstatt trascendió fronteras. En China, en 2011, se construyó una réplica exacta del pueblo en la provincia de Guangdong, lo que multiplicó el interés turístico, especialmente de visitantes asiáticos que, aún teniendo una copia, desean ver el original.
Ante la situación, la junta de turismo de Hallstatt intenta hoy reorientar su modelo de desarrollo turístico. La nueva estrategia apunta a atraer a viajeros interesados en la cultura, la historia y el patrimonio local, más allá de las redes sociales y el fenómeno Frozen.
Protegido por la UNESCO y con siglos de historia, Hallstatt enfrenta ahora el desafío de equilibrar su herencia cultural con una presión turística sin precedentes, en busca de una convivencia más armónica entre vecinos y visitantes.
