Un estudio de Harvard revela el impacto del consumo habitual de papas fritas en la salud

Comer en un restaurante, pasar por una sanguchería o simplemente satisfacer un antojo suele tener un denominador común: un plato de papas fritas. Esta guarnición, tan clásica como popular, está presente en prácticamente todos los locales gastronómicos. Sin embargo, un estudio realizado por especialistas de la Universidad de Harvard advierte que su consumo frecuente puede resultar altamente perjudicial para la salud.
La investigación —publicada por National Geographic— analizó datos dietéticos autodeclarados por 205.000 enfermeros y profesionales de la salud. Los resultados fueron contundentes: existe una marcada diferencia entre consumir papas fritas y optar por versiones hervidas, al horno o en puré.
Un mayor riesgo de diabetes tipo 2
El estudio reveló que quienes consumen entre dos y tres porciones semanales de papas hervidas, al horno o puré tienen solo un 1% más de riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 en comparación con quienes no las consumen.
En cambio, quienes ingieren tres porciones de papas fritas por semana presentan un 20% más de probabilidades de desarrollar la enfermedad.
Por qué las papas fritas aumentan el riesgo
Al ingerir papas, el cuerpo descompone rápidamente su almidón y lo convierte en glucosa. Esto genera un pico de insulina en la sangre.
Cuando el páncreas —encargado de producir esta hormona— comienza a exigirse en exceso y no logra procesar la glucosa correctamente, aumenta el riesgo de desarrollar diabetes.
Un segundo estudio, realizado por el Instituto Danés del Cáncer, respaldó estos hallazgos. Según el equipo liderado por Pratik Pokharel, un mayor consumo de papas fritas se asocia con una menor tolerancia a la glucosa y una menor sensibilidad a la insulina, dos factores que, con el tiempo, favorecen la aparición de diabetes tipo 2.
Cuántas papas fritas puedo comer por semana
La conclusión de los investigadores es clara: consumir una sola porción semanal no representa un riesgo significativo.
Una porción equivale a entre 113 y 177 gramos, una cantidad similar a las papas medianas o grandes que se venden en cadenas de comida rápida como McDonald’s.
El punto clave está en no excederse, ya que el consumo elevado aumenta notablemente el riesgo de diabetes.
Alternativas más saludables
Reemplazar las papas por granos integrales puede reducir hasta un 19% el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2.
Sin embargo, los especialistas advierten que no es recomendable sustituirlas por alimentos como el arroz, debido a su alto índice glucémico, que también puede elevar los niveles de glucosa en sangre.
El estudio deja un mensaje claro: las papas fritas, aunque irresistibles, deben consumirse con moderación.








