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El avance del comercio informal en el microcentro de San Miguel de Tucumán suma un nuevo capítulo. Esta vez, la situación quedó expuesta en calle Moreno al 37, donde un puesto de venta fue instalado directamente sobre la vereda e incluso avanzando sobre la calzada, reduciendo el espacio de circulación peatonal y generando riesgos para transeúntes y vehículos.
La escena se repite cada vez con mayor frecuencia: estructuras precarias, percheros, toldos y mercadería desplegada sin ningún tipo de habilitación visible, ocupando sectores que deberían permanecer libres según las ordenanzas municipales vigentes. En este caso, el puesto se instaló frente a un local comercial, ocupando parte de la vereda y forzando a los peatones a bajar a la calle para poder pasar.
Vecinos y comerciantes de la zona advierten que la situación se volvió habitual y que el control es prácticamente inexistente. “Ya no es solo vender en la vereda, ahora directamente se adueñan del espacio público. Esto antes no pasaba así”, señaló un comerciante de la cuadra.
El fenómeno no es aislado. En distintos puntos del microcentro se repite la misma escena: puestos ambulantes que se instalan de manera permanente, sin autorización, ocupando veredas, esquinas e incluso sectores de calzada. La situación genera malestar entre comerciantes formales que pagan alquileres, impuestos y habilitaciones, y que ven cómo la competencia informal crece sin ningún tipo de control.
Además del impacto económico, la ocupación irregular del espacio público plantea problemas de seguridad y accesibilidad. Personas mayores, personas con discapacidad o familias con cochecitos se ven obligadas a circular por la calle, exponiéndose al tránsito vehicular.
La imagen registrada en Moreno al 37 resume una postal que se repite en distintos puntos del centro: toldos improvisados, estructuras apoyadas sobre la vereda y mercadería exhibida sin ningún tipo de regulación.
La situación se agrava aún más en El Bajo, donde la ocupación del espacio público ya no se limita a las veredas. En algunos tramos, los puestos ambulantes avanzaron directamente sobre el carril exclusivo para colectivos, reduciendo el espacio de circulación y generando serios inconvenientes para el transporte público, peatones y automovilistas.
