Alberto Fernández insiste con la reelección y se prepara para enfrentar a Cristina Fernández de Kirchner
El presidente asegura que los números de la economía lo asisten y sostiene su candidatura. El Instituto Patria arma el operativo Cristina 2023 y Massa se retira por su fracaso económico. Gobernadores se ponen el traje de candidatos y Buenos Aires como objetivo primordial. El factor Macri.
Sergio Massa le dice a todos lo mismo: no quiere jugar la candidatura presidencial. El número seis en el aumento del costo de vida pegó debajo del cinturón en el proyecto político del tigrense, que reconoce su fracaso en privado y se prepara para confirmar su declinación en el corto plazo. Alberto Fernández supo del cambio de postura del ministro de Economía, que hace tres semanas inflaba el pecho y dejaba entrever con sonrisa socarrona que podía ser el próximo presidente si llegaba a mayo con tres puntos de inflación.
«Hace veintidós meses que genero empleo, no hubo disparada inflacionaria, los valores macro me dan todos bien y pretenden que ni compita, estos pibes están mal», razona en privado el Presidente. Sabe que la embestida populista recién está tomando carrera y que pueden venir nuevos golpes bajos por parte de Cristina Kirchner si su candidatura empieza a tomar el espesor que hoy no tiene.
Todo salió mal, la inflación sigue siendo el desvelo mayor del Presidente, y La Cámpora y la vicepresidente se nutren del fracaso económico para apoyar la idea de que ni Alberto ni Sergio Massa pueden ser ni soñando candidatos en las PASO. El mayor intríngulis que atraviesa el Frente de Todos es sencillo: Alberto mide menos que Cristina y Cristina no quiere ser candidata, pero Sergio no quiere ser candidato y mide menos que Alberto y Cristina.
Es sabido que Alberto no le dejará pasar más destratos a Cristina Kirchner y se lo hizo saber a sus emisarios más frecuentes. Quienes lo frecuentan lo ven harto de las diatribas del camporismo más duro, que le bajan el precio a diario y pretenden que obedezca los pedidos del Senado.
Cristina y Alberto saben que más de un gobernador pretende ser quien represente las PASO y no descartan que Santiago del Estero o Chaco sean quienes aspiren a jugar. En Provincia las cosas son más claras, hoy la marca del Frente de Todos es superior a la de Juntos por el Cambio, que tiene recién lanzado al diputado Diego Santilli. Si bien en Uspallata confirman que si las elecciones fueran hoy saldrían segundos, el optimismo está intacto. También el de Victoria Tolosa Paz, que será protagonista en Buenos Aires.
Así entonces, la oposición empieza a cuajar la idea de que se gobierne el país con Buenos Aires en contra pero la mayor incógnita, que daña y divide, es la ambigüedad de Mauricio Macri. Las esquirlas crecen semana a semana, y la paciencia de Horacio Rodríguez Larreta, que supo cultivar un estoicismo pocas veces visto, empieza a tambalear. Patricia Bullrich pide pista y asegura que arrasa en una interna, pero Macri hace silencio y espera.
La Ciudad tendrá su capítulo aparte, con Jorge Macri lanzado y picando en punta con apoyos de peso, pero también se lanzó Fernán Quirós en un proceso de atomización del macrismo como nunca hubo antes. Casi una decena de dirigentes aspiran al mismo cargo, con diversidad y apoyaturas y miradas sobre la realidad absolutamente diversas, y dependiendo el asunto, antagónicas.