Una plantación de marihuana en los Valles y un transa con varias plantas en Monteros avivan el peor de los temores

Una plantación de marihuana descubierta el viernes en los Valles Calchaquíes y el secuestro de varias plantas de la misma especie durante un allanamiento en la casa de un transa en Monteros, son indicios fuertes y claros de que los comerciantes de la muerte que operan en Tucumán decidieron dejar de importar droga desde el Litoral argentino, para producirla directamente en este suelo.

Un grupo policías, al mando de los comisarios Celenio Castaño, Javier Alderetes y Nicolás Marchant, llevaban adelante tareas de control en los valles cuando, en la localidad de El Remate, se toparon con un predio que estaba totalmente cercado y que exhibía en la entrada un letrero con la leyenda “Reserva Natural”.

A los uniformados de Delitos Rurales y Ambientales les llamó la atención, por lo que ingresaron al predio y en su interior se dieron con una plantación de marihuana, pero no la única, ya que al seguir la revisión hallaron otra más. En total, descubrieron 72 ejemplares de entre uno y dos metros. La cantidad encontrada motivó la  intervención de la Justicia Federal.

Los efectivos de la Dirección General de Drogas Peligrosas afirmaron que el propietario de estas plantas, que por el momento no pudo ser identificado, está mjy lejos de ser un aficionado, ya que no sólo encontraron un lugar alejado de la mirada de extraños, sino que además cuenta con un sistema de riego en medio de las montañas.

Los habitantes de la zona no pudieron por ahora precisar quién era la persona que había cultivado con tanto esmero los ejemplares de cannabis, aunque sí reconocieron que efectivos de fuerzas federales recorrieron el lugar realizando averiguaciones.

Lo que está descartado por los investigadores es que el objetivo sea la producción de flores. “Son plantas comunes y corrientes. Los que buscan producir esa droga utilizan otro tipo de ejemplares”, afirmó un pesquisa. Tampoco se descarta que el material hallado sea para producir aceite de cannabis que se comercializa sin ningún tipo de control en nuestra provincia.

Casi al mismo tiempo, personal de la Didrop Oeste se presentaba en un domicilio de Monteros. No sólo secuestraron dosis de cocaína, sino seis plantas. Los pesquisas sospechan que el detenido cultivaba el cannabis para procesarla y luego comercializarla.

“No estamos hablando de una planta en el balcón o en el jardín que puede tener cualquier persona para consumo personal. Tampoco están inscriptos en el Registro de Productores de Cannabis que hacen su propia producción por cuestiones de salud”, explicó el jefe de la Dirección General de Drogas Peligrosas Jorge Nacusse. “Estamos ante un nuevo fenómeno: personas producen para comercializar y eso es un delito”, añadió.

Según los datos que maneja el ministerio de Seguridad, desde el 1 de diciembre, día en el que entró en vigencia la ley de narcomenudeo, hasta el 27 de febrero, todas las fuerzas de seguridad que trabajan en la provincia, secuestraron 587 plantas de marihuana. Estimaron que de ese número de ejemplares se podrían obtener más de 10.000 dosis.

Patricio Char es un abogado penalista que acompaña a los procesos de las personas que son procannabis. “La lucha contra quienes venden drogas siempre debe ser una política de Estado y nunca debe claudicar. Es muy importante desarmar las grandes bandas de narcotraficantes y a las pequeñas también”, sostuvo. “Pero no hay que confundir conceptos. Falta mucha información y capacitación en quienes deben llevar adelante esa lucha”, añadió.

Char agregó: “esto se está dando con un nuevo paradigma que hay frente al cannabis. La marihuana dejó de ser un estupefaciente para convertirse en un medicamento legal”.

“El procedimiento puede ser considerado como exitoso si no aparece el propietario, lo que significa que está fuera de la ley”, explicó Char. “Pero ese hallazgo actualmente puede significar una potencial violación a derechos constitucionales si no se investiga a quién pertenecen las plantas antes de arrancarlas de la tierra. ¿Qué sucedería si aparece una organización que tiene autorización para cultivarla? ¿Quién se hará cargo de un eventual daño”, se preguntó el profesional.