Se impone la incertidumbre y ni la «pingüina magistral» le encuentra salida
En Juntos por el Cambio y el Frente de Todos se profundizan las dudas sobre los pasos a seguir.
Cuando analiza el contexto político y económico, Jesús Rodríguez suele repetir que hay una diferencia entre riesgo e incertidumbre. El riesgo, dice, es mensurable, se puede anticipar, se le puede poner un precio o valor. Es algo constitutivo del sistema capitalista. En la incertidumbre, en cambio, no hay forma de evaluar o asignar probabilidad a los posibles escenarios y se pierde la noción del riesgo. El futuro se vuelve incierto.
Sabe de incertidumbres el hombre que en 1989, a los 34 años, asumió como ministro de Economía de Raúl Alfonsín para atravesar las últimas traumáticas semanas de mandato tras la derrota electoral.
El sistema político argentino está envuelto en la incertidumbre. El Frente de Todos está desorientado. Juntos por el Cambio pasó del exitismo a llenarse de preguntas. Javier Milei ve posible que puede ganar y coquetea con uno de los teoremas más casta que hay, el de Baglini.
En el medio, los encuestadores se suben al tren de la incertidumbre y contribuyen con sondeos y números contradictorios entre sí. Que escenario de tres tercios, que el FDT sale tercero, que Milei es el más votado y le saca puntos a todos, que Patricia le gana a Horacio, que Horacio le gana a Patricia.
Cristina Fernández de Kirchner magistral
La clase magistral de Cristina Fernández de Kirchner (definida así por ella misma, dando a entender que es una maestra) volvió a dejar en claro su centralidad en el Frente de Todos. No obstante, también clarificó la falta de ideas respecto al rumbo que se va a trazar. El oficialismo está envuelto en un clima de internas que no calman.
Lo único claro hasta el momento es que se mantiene la sintonía entre el cristinismo y el massismo. Pero no hay certezas de que vaya a ser candidato. Por las dudas Daniel Scioli toma carrera. Y a Wado De Pedro ya lo colocan como el vice ideal de cualquiera de los dos. Serían fórmulas que cierran a los que quieren evitar las internas. Con Cristina como candidata a senadora confían en que será una boleta competitiva. Sobre todo en la provincia de Buenos Aires.
¿Y las PASO? El problema es que los sectores que quieren la competencia están quedando aislados. Por un lado, los Juan Grabois, Claudio Lozano, y compañía. Por el otro, el albertismo. Los primeros no generan mucho ruido interno y en todo caso podrían ser habilitados a unas PASO para contenerlos a pesar de las fuertes diferencias que vienen mostrando con Massa (Plan A) o Scioli (Plan B). “Que demuestren cuánto miden”, los azuza una fuente peronista.
El problema está con el albertismo, donde incluso hay quienes todavía no entienden como Alberto se bajó sin avisarles -y por ende sin negociar nada- a Cristina y Massa. “Se pasó meses sacando pecho de que podía ser candidato y poniéndolos nerviosos y se bajó sin llevarse nada”, argumentan. Quedan todavía algunos puentes tendidos: Agustín Rossi, Santiago Cafiero, Juan Manuel Olmos, por ejemplo, son lo que hablan con algunos cristinistas como Wado. Más lejano está hacer un puente con Máximo Kirchner. Inalcanzable con Cristina.
“Solo hay que ordenar los acuerdos para calmar la interna y Cristina es la que ordena”, aseguran quienes reconocen que el albertismo podría ser contenido en un acuerdo a muy bajo costo pero que también advierten que el Presidente todavía conserva capacidad de daño. “Alberto no está gaga, está dolido”, advierten.
La tensa calma en Juntos por el Cambio
Antes de la tormenta puede haber momentos de calma que confundan los pronósticos. El PRO logró está semana una foto de unidad que sirvió para demostrar que se pueden seguir sentando en la misma mesa dirigentes que por momentos parecen ser de otros partidos políticos. Pero las tensiones siguen latentes y las diferencias internas están lejos de aplacarse. En el mejor de los casos, logran armar una primaria atractiva. En el peor… nadie quiere pensar en el peor.
Patricia Bullrich, desde hace ya varios meses, insiste que su permanencia en Juntos por el Cambio no está puesta en duda, salvo que sienta que le juegan sucio. El caso Espert tiene la potencialidad de transformarse en una de esas jugadas que quiebren la tensa calma. Según dejaron trascender los presentes en la reunión, el tema ocupó gran parte de las conversaciones y lo que resolvieron fue convocarlo para negociar las bases y condiciones de su ingreso al espacio (que ya avalaron la UCR, la Coalición Cívica y Encuentro Republicano).
Para Bullrich la clave está puesta en que solo compita en territorio bonaerense, donde en la última elección logró un nada despreciable 7,5% de los votos. Pero a nivel presidencial cambiaría la ecuación. ¿Cuál es la finalidad? ¿Quién lo financia?, son preguntas que se empiezan a escuchar entre halcones del PRO, donde recuerdan que en 2019 a nivel nacional sacó el 1,5% y que ahora ya hay otras expresiones como las de Milei y Bullrich en el menú electoral.
“Está probado que más políticos no traen más votos. Espert no va a llevar ni un voto del mundo liberal al mundo Larreta, porque la gente a Larreta no lo ve como liberal”, dice sin pelos en la lengua Joaquín de la Torre.
El propio Espert reconoció que sigue siendo candidato a gobernador pero no descarta ser candidato a presidente. En otras palabras, está diciendo que fuera de Juntos por el Cambio su lugar es pelear en la Provincia pero dentro de la coalición podría ser presidenciable. Controvertido argumento, difícil de explicar.
En medio de esa discusión, se aceleran otras definiciones. María Eugenia Vidal se encamina a anunciar que no será candidata a presidenta. Lo que no está resuelto es si decide jugar para jefa de Gobierno porteña o se queda sin candidatura. Dicen que solamente aceptaría si se lo pide Mauricio Macri. El aval de Larreta se da por descontado: le ayudaría a tener un candidato con potencialidad para bajar a Jorge Macri. “¿Por qué Macri le haría semejante regalo a Larreta?”, se preguntan en el macrismo, donde consideran que el primo del expresidente está firme como candidato. Como si fuera poco, esta semana Cristian Ritondo, leal a Vidal, anunció un acuerdo con Jorge Macri para trabajar en conjunto a ambos lados de la avenida General Paz.
En provincia de Buenos Aires también se esperan definiciones. Bullrich sigue teniendo tres candidatos a gobernador (Néstor Grindetti, Javier Iguacel y De la Torre) y podría sumarse Ritondo si queda huérfano de presidenciable al bajarse Vidal (dicen que es de los que más apura esa decisión). “Quien sea el candidato necesita saberlo ya para empezar a cerrar acuerdos”, analiza una de las fuentes consultadas. Apuntan sobre todo a dirigentes del radicalismo, sobre todo el del interior, que podrían sumarse al espacio y alguno terminar siendo candidato a vicegobernador. El apuro no es menor, ya que mientras tanto Maxi Abad, presidente de la UCR bonaerense, se sigue mostrando cada vez más cerca de Diego Santilli. Abad viene hace tiempo insistiendo que debe haber un solo candidato a gobernador para que en las PASO, en el resultado individual (y no por fuerza) no quede lejos de Axel Kicillof.
En la foto de líderes del PRO queda en claro las dificultades que tiene Rodríguez Larreta en su propio partido. Allí estaba en clara desventaja: con Santilli eran las únicas “palomas”. El resto eran todos halcones (Macri, Bullrich, Vidal, Ritondo, Federico Angelini y Fernando De Andreis). Por eso se entiende su obsesión por acercarse a todo el radicalismo, algo que quedó reflejado este fin de semana, con una visita a Gustavo Valdés en Corrientes y el cierre de listas en Chaco en sintonía con un candidato del espacio del correntino y no del de Gerardo Morales. “El vice de Horacio tiene que representar un acuerdo con todo el radicalismo”, aseguran en Uspallata.
Bullrich, mientras tanto, también sondea radicales: después de que Alfredo Cornejo haya elegido una vice de su espacio, esta semana espera que se confirme que Carolina Losada irá en fórmula con Angelini en Santa Fe (el larretismo quería en ese lugar a Jorge Faurie). Pero además sigue consolidando su acercamiento con Macri. Esta semana sumó a su equipo a Horacio Reyser (ex funcionario en Cancillería) y se está incorporando como asesor Jorge Triaca (de los dirigentes más cercanos al expresidente en la actualidad). Triaca fue el anfitrión de la reunión del PRO.
Mientras tanto, Javier Milei sigue consolidándose como una opción, con diferente potencialidad según el interlocutor. Lo que está claro es que el economista también empezó a afinar su discurso ante las preguntas periodísticas sobre sus planes. Habla, por ejemplo, de reformas de “primera, segunda y tercera generación”. Muchas de las cosas que propone dice que son de tercera generación, por lo que no se podrán aplicar de manera inmediata como decía con anterioridad. El teorema de Baglini es bien claro en que la responsabilidad de un candidato es directamente proporcional a las posibilidades que tenga de acceder al poder.
Mientras tanto, la economía sigue siendo un barrilete sin control. Massa dedicó las últimas horas a dar señales de que gracias a la intervención en el mercado de cambios está en control de la situación. Ahora espera que en las próximas semanas se cierre el acuerdo con el FMI que le permita pasar el invierno. La pregunta que sobrevuela el ambiente es si podrá ser candidato y ministro al mismo tiempo. Que va de la mano con otra pregunta: ¿Llegará al 10 de diciembre al frente de Economía o la historia le dará un lugar a un nuevo Jesús Rodríguez para atravesar otra transición traumática?