Cafiero, sobre Milei: «La banalización de la política alimenta los fenómenos con vicios anti-democráticos»
En una entrevista con Noticias Argentinas, el canciller y candidato a diputado remarcó que «la política no debe ser una herramienta para hacer entretenimiento, para eso existe el Bailando». Su balance sobre el Gobierno y su reflexión sobre la interna en el oficialismo.
En medio de una convulsionada recta final de la campaña electoral, con vistas a los comicios generales del próximo 22 de octubre, el canciller y candidato a diputado de la Nación, Santiago Cafiero, destacó la centralidad que adquirió Sergio Massa como aspirante presidencial de Unión por la Patria y cargó contra la oposición, al sostener que propone «soluciones mágicas» que rozan «lo ridículo» para resolver los problemas de la Argentina.
«Massa te detalla como él lo va a hacer. Lo que vemos en otros candidatos es que tienen la profundidad de un panelista de televisión», sostuvo Cafiero, que cuestionó la «banalización de la política» y ensayó una peculiar reflexión sobre la interna desatada tiempo atrás en el seno del oficialismo entre moderados y kirchneristas. Admitió incluso que las discusiones en las que se enfrascaron referentes de los distintos clanes que integraron el Frente de Todos desgastaron la gestión del mandatario Alberto Fernández.
En este sentido, en una entrevista concedida a Noticias Argentinas en la sede de la Cancillería nacional, el ministro de Relaciones Exteriores y Culto planteó que «la política no debe ser una herramienta para hacer entretenimiento, para eso existe el Bailando». Y al respecto, acotó: «Ese es el problema de la interna, nos subimos al entretenimiento de la política».
«Cuando prende la política como entretenimiento, empieza a prender la banalización de la política y vale todo lo mismo. Eso es un problema y eso alimenta los fenómenos anti-políticos con vicios anti-democráticos como el de Javier Milei«, enfatizó Cafiero, en referencia al candidato presidencial de La Libertad Avanza, que lidera por estos días las encuestas sobre intención de voto.
El «voto castigo» y el rol de Cristina
Con vistas a las próximas elecciones, Cafiero reconoció que en las primarias de agosto pasado una porción significativa de la ciudadanía expresó su disgusto en las urnas, aunque añadió: «Confío en que ahora esa manifestación de enojo se transforme en un acto reflexivo». Además, buscó bajarle los decibelios y el potencial de daño al escándalo en torno del ex jefe de Gabinete bonaerense Martín Insaurralde: «No nos califica como espacio que un dirigente tenga una actitud de desvío», evaluó.
Además, consultado por el rol que deberían desempeñar en la actual campaña electoral tanto Fernández como la vicepresidenta Cristina Kirchner, remarcó: «Hoy la centralidad la tiene que tener nuestra fórmula (Massa-Agustín Rossi), Axel Kicillof y los intendentes. Yo creo que ahí está la discusión. Lo raro sería, al revés, que tengan un protagonismo quienes no están en la lista«.
A continuación, un resumen de la entrevista:
NA – ¿Cómo creés que va a ser recordado este Gobierno, justamente a partir del 10 de diciembre próximo, cuando termine el mandato de Alberto Fernández?
SC – Va a ser recordado como un Gobierno que tuvo que enfrentar situaciones muy excepcionales. Así y todo, pudo llevar adelante lo que se había comprometido, como resolver la cuestión de la deuda que había tomado (Mauricio) Macri, logrando una quita histórica; poner en funcionamiento lo que era el aparato productivo de la Argentina; poner en funcionamiento un Estado: llevar adelante la política de obra pública, las políticas habitacionales, de vivienda. Se llevaron adelante y se recuperó ese músculo estatal de herramientas de política pública, que las vimos quizás con mucho más contraste cuando sufrimos la pandemia (de coronavirus). De todos modos, yo creo que hay asignaturas pendientes.
– ¿Por ejemplo?
– Un plan de estabilización macroeconómica y que la inflación baje porque necesitamos que los salarios recuperen poder adquisitivo.
– ¿Cómo llegó la Argentina a este momento de absoluta fragilidad macroeconómica y social?
– Se llega producto de una crisis de balanza de pagos, entre 2018 y 2019, y el inicio de la fuga de capitales especulativos que habían venido entre el año 2016 y 2018. Eso hace que el macrismo recurra al endeudamiento del Fondo Monetario Internacional, entendiendo que eso venía a calmar o hacer un puente en la crisis de balanza de pago. Lejos de hacer eso, lo que hizo el macrismo en connivencia con el FMI fue financiar la fuga de capitales. Eso nos dejó con reservas muy por debajo de lo que tendrían que haber sido las reservas que tuvimos en el año 2019. En esa línea, nos fuimos quedando sin dólares por la aceleración de la fuga de capitales promovida por el macrismo y después porque tuviste la sequía, la guerra y la pandemia. Esos tres eventos son los que te llevan a no poder acumular las reservas que necesitabas, a pesar de haber tenido un récord histórico de exportaciones, como fue el año pasado, con 100.000 millones de dólares. La inflación en Argentina está estrechamente ligada a la ausencia de dólares; es así, es la tensión sobre los dólares, eso hace que se dispare la inflación, eso repercute en los precios naturalmente y repercute por sobre todas las cosas muy negativamente en los ingresos de las familias.
– ¿Pero qué responsabilidad les cabe a ustedes como oficialismo?
– Nuestro Gobierno no pudo contrarrestar esas externalidades: pandemia, guerra y sequía. El punto es sobrediagnosticar lo que nos pasó o proyectar lo que vamos a hacer para adelante. Sergio Massa puede constituir un Gobierno que, con dificultades, te cuenta hasta dónde llegamos, pero para adelante te detalla cómo ir resolviendo los temas. Y como dicen… ¿por qué no se resuelve ahora? Justamente porque no son soluciones mágicas. ¿Qué son esas soluciones? Las que te propone la oposición, una simplificación que roza lo ridículo.
– ¿Por qué la ciudadanía debería darles otro voto de confianza en las próximas elecciones?
– Primero, tenemos que tener un diagnóstico adecuado de lo que le ha pasado a la Argentina en estos cuatro años. ¿La pandemia le pasó al Gobierno o le pasó a los argentinos? La pandemia le pasó a los argentinos. ¿La sequía quién la padece? Y la sequía la padece el Gobierno porque no ingresan esos dólares de exportación, sí, pero también la padece el campo, que deja de tener actividad. Hay que entender el contexto de que lo que pasó… Nos pasó a todos. Segundo, hay que entender quiénes son los que pueden llevar adelante una normalización de la Argentina. Massa te detalla como él lo va a hacer. Lo que vemos en otros candidatos es que tienen la profundidad de un panelista de televisión.
– ¿Qué impacto tuvieron las internas en el desarrollo del Gobierno?
– Evidentemente, las internas sacan energía y nos desvían de entender bien cuáles son las prioridades que tenemos que tener. Cuando nos detenemos a señalar a un compañero o a una compañera, lo que estamos perdiendo es tiempo de trabajar para los argentinos y argentinas, que estaban buscando una respuesta nuestra. Las respuestas que le piden al peronismo no es que sean más o menos que otro compañero, sino que sean realmente los que lleven adelante políticas transformadoras. Eso ha sido una dificultad en términos de gestión. También se ha aprendido la lección y que no tenemos que volver a cometerlo. Las internas sirven en el marco de cuando se abre el escenario electoral. Si no, las internas no sirven para nada. Eso es lo que nosotros tenemos que tener bien presente.
– ¿Cómo es gobernar con un dedo -de tu propio espacio- señalándote tus errores en público?
– En términos personales, yo nunca sentí ese dedo. El peronismo siempre debate y no está mal que señale desviaciones en cuanto a la gestión. El problema no es que los compañeros y compañeras auditen la gestión en términos militantes. Somos un espacio democrático donde la opinión de cualquier militante es igual que la del Presidente. El problema es que, a veces, esos señalamientos son personales y no tienen que ver con cuestiones de gestión. Si la crítica es hacia la gestión, bienvenida sea. Cuando las críticas son personales, eso es lo que alimenta a la interna. Lo otro es, básicamente, una discusión entre compañeros.
– ¿El clima de internas en la política sembró un escenario propicio para la aparición de expresiones como la de Javier Milei?
– Siempre cuando la política no da respuesta se alimenta a la anti-política. Cuando la política el espectáculo que te da es un espectáculo televisivo, de discusión televisiva o de redes sociales… bueno, evidentemente se da una imagen que no es real, pero queda esa imagen. Porque el Estado sí funciona, el Gobierno funciona y llevamos adelante multiplicidad de políticas públicas que llegan a millones de personas. Pero queda esa discusión entre dirigentes y entonces generamos un entretenimiento de la política; ese es el problema de la interna, nos subimos al entretenimiento de la política. Como jefe de Gabinete me tocó gestionar la pandemia: hice el IFE, la ATP, quitamos recursos de gastos reservados de la AFI, construimos hospitales modulares; financiamos una empresa en Córdoba para que haga respiradores y con esos respiradores evitamos que el sistema de salud colapsara, entre otras cosas. Acá en Cancillería, ¿qué hicimos? Llegamos al récord de las exportaciones. Bueno, uno tiene que rendir cuentas. Eso debe hacer un dirigente político, sobre todo un dirigente político del peronismo. La política no debe ser una herramienta para hacer entretenimiento. Hay otros entrenamientos mucho mejores… el fútbol, el deporte; para eso existe el Bailando (el programa de televisión de Marcelo Tinelli). Eso ha desgastado mucho. Cuando prende la política como entretenimiento, empieza a prender la banalización de la política y vale todo lo mismo. Eso es un problema y eso alimenta los fenómenos anti-políticos con vicios anti-democráticos como el de Javier Milei.
– ¿Cómo te imaginás una Presidencia de Milei?
– Bueno, primero prefiero no imaginármela y seguir trabajando para que sea Massa el que gane las elecciones. ¿Qué creo de Milei? Es, por ahí, una pregunta muy de ciencia política o de antropología, quizás, el surgimiento de una figura así en nuestro país. En términos políticos lo que yo te puedo decir es que, evidentemente, hubo un enojo que se manifestó en las PASO y yo confío en que ahora esa manifestación de enojo se transforme en un acto reflexivo y ese acto reflexivo contraste los modelos que se le están proponiendo a la sociedad. Y sobre eso yo creo que tenemos grandes posibilidades nosotros de ganar las elecciones.
– ¿Qué impacto puede llegar a tener el affaire de Martín Insaurralde en el proceso electoral?
– No sé, eso te lo tendría que mirar alguien que esté estudiando opinión pública, pero sí por supuesto que es una imagen que nadie desea; pero bueno, también es cierto que no nos califica como espacio que un dirigente tenga una actitud de desvío. Sí lo que nos califica como espacio es si nosotros hubiéramos mirado para otro lado y eso no fue lo que pasó. No bien se conoció la noticia, Insaurralde dejó su cargo y dejó su candidatura. Otros espacios no dicen lo mismo, no pueden decir lo mismo. Disgusta muchísimo eso, por supuesto, pero eso no va a definir lo que es un movimiento popular nacional como el peronismo. A nosotros nos define nuestra historia, compromiso, nuestro compromiso con los humildes. Sí efectivamente hubo desvíos, también lo que hacemos nosotros con quienes han desviado el camino es sacarlos y punto.
– ¿Qué rol debería ejercer la vicepresidenta Cristina Kirchner en la actual campaña electoral y en un eventual gobierno de Massa?
– Hoy la centralidad la tiene que tener nuestra fórmula, (el gobernador bonaerense) Axel Kicillof y los intendentes. Yo creo que ahí está la discusión. Lo raro sería, al revés, que tengan un protagonismo quienes no están en la lista. Me parece que hoy hay que ser bien claro: se está votando a estos dirigentes que están encabezando la boleta de nuestro frente político y, en ese sentido, no distorsionar la voluntad popular. Después, sí…todos los compañeros y compañeras son útiles en una campaña. Pero no hay que perder de vista dónde debe estar la centralidad, que es en los candidatos.
– ¿El jefe de Estado Alberto Fernández está corrido de la campaña?
– Al igual que Cristina, me parece que han tenido un rol de acompañamiento a la candidatura de Massa y es la estrategia adecuada que tenemos que mostrar: un candidato, con un programa y con la gente indicada. Alberto no está corrido ni mucho menos, trata de cuidar que la centralidad esté en el candidato.
– ¿Cómo considera que queda posicionada la Argentina en el mapa geopolítico después del gobierno de Fernández?
– La Argentina, por primera vez, presidió el Consejo de Derechos Humanos de Naciones Unidas, elegida por todos sus pares; la Argentina, por primera vez, tuvo la presidencia de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC); por primera vez, 32 países la eligieron para que lleve adelante ese foro. Venimos creciendo en los diferentes mercados. Salvamos el Mercosur, que (Jair) Bolsonaro y Macri habían firmado y rubricado acuerdos que lo que hacían era destruirlo. Por primera vez en la historia, se lo invitó al Presidente a hablar al G7. El Presidente tuvo reuniones bilaterales con todos los líderes del mundo. Y después el ingreso a los BRICS, que le dan una posibilidad de participar en un mecanismo que concentra más del 30% del PIB global y más del 42% de la población del mundo.
– ¿Qué rol se imagina cumpliendo en un eventual Gobierno de Massa?
– Si los bonaerenses nos acompañan, voy a ser diputado nacional, con lo cual trabajaré desde la Cámara en llevar adelante todas las iniciativas legislativas que se necesiten para consolidar un modelo de desarrollo en Argentina.
Escrito por Emiliano Rodríguez y Gonzalo Delmonte