Con el PJ como columna vertebral, “Primero Tucumán” se encamina a cerrar un frente con candidaturas exclusivas para afiliados justicialistas

Con las elecciones nacionales del 26 de octubre en el horizonte, el peronismo tucumano afina su estrategia y ultima detalles para formalizar esta semana el frente “Primero Tucumán”. La gran novedad: solo podrán integrar las listas de candidatos quienes estén afiliados al Partido Justicialista (PJ) – Distrito Tucumán, con una antigüedad mínima de dos años. La decisión, impulsada por el núcleo jaldista, marca un giro respecto de las últimas dos décadas de apertura electoral.
La medida fue confirmada por fuentes partidarias desde la sede del PJ local, en Virgen de la Merced 157, y será incorporada como cláusula en la presentación oficial del frente. Esto implica que quedarán excluidos de las nóminas figuras relevantes del oficialismo que no militan dentro del PJ, como el ministro de Seguridad, Eugenio Agüero Gamboa, y el titular de Salud, Luis Medina Ruiz.
También se verán alcanzados dirigentes aliados como Federico Masso (ministro de Desarrollo Social y referente de Libres del Sur), quien convocó a un acto este viernes en el Club Belgrano bajo la consigna “Primero Tucumán para construir una provincia con justicia social”. Aunque su espacio estará dentro del frente, no podrá ser candidato si no cumple con la condición de afiliación.
La misma situación aplica para Raúl Albarracín, actual secretario de Gobierno y presidente del partido Restauración Social. Aunque es considerado un aporte “radical” al armado jaldista, su candidatura quedaría fuera si se mantiene el criterio exclusivo.
Fundamento normativo y político
Desde el oficialismo provincial justifican la medida en el artículo 64 de la Carta Orgánica del PJ tucumano, que exige una afiliación mínima de dos años para acceder a candidaturas electivas. Si bien esta exigencia fue suspendida en anteriores elecciones —como en 2023, cuando el PJ integró Unión por la Patria—, esta vez se aplicará de manera estricta, según afirmaron los armadores políticos del gobernador Osvaldo Jaldo.
La decisión también afecta las conversaciones con el Partido por la Justicia Social (PJS), que lidera el exintendente Germán Alfaro. Aunque fuentes del Gobierno aseguraron avances tras una reunión clave el viernes pasado, aún no se confirma si el acuerdo incluirá apoyo parlamentario del alfarismo, o si Beatriz Ávila, senadora por el PJS, acompañará la estrategia del oficialismo provincial.
Repercusiones internas y contexto electoral
En el plano interno, la medida fue bien recibida por los sectores más ortodoxos del peronismo, que ven en ella una forma de fortalecer la identidad partidaria. “Se terminó el tiempo de abrir la puerta a todos por conveniencia. Esto ordena, garantiza lealtades y refuerza la identidad justicialista”, sostuvo un consejero partidario.
En el trasfondo de esta movida hay también un cálculo estratégico: ante el crecimiento de La Libertad Avanza en los centros urbanos, el jaldismo apuesta a revalidar la identidad peronista en su base histórica, priorizando la militancia territorial y las estructuras tradicionales del PJ.
Por ahora, “Primero Tucumán” se perfila como un frente amplio en alianzas, pero cerrado en candidaturas, un equilibrio delicado que podría darle al justicialismo la cohesión interna necesaria para enfrentar los desafíos electorales, aunque no sin generar tensiones por las expectativas truncadas de varios aliados. Con el reloj electoral en cuenta regresiva, el peronismo apuesta a ordenar la tropa y marcar territorio.