Cucarachas: por qué aparecen en casa y cómo eliminarlas de forma efectiva
Las cucarachas, visitantes indeseados de muchas viviendas, suelen concentrarse en la cocina y el baño, espacios donde encuentran las condiciones ideales para su desarrollo: agua, restos de comida y rincones cálidos y oscuros para esconderse y reproducirse. Uno de sus lugares preferidos, según los expertos, es el motor de la heladera, donde el calor constante les permite anidar sin ser vistas.
Juanjo Molinero, responsable técnico de la empresa de control de plagas Conplag, explicó al diario La Vanguardia que una forma sencilla de detectar su presencia es mover la heladera y observar la zona del motor, donde suelen concentrarse.
De hábitos nocturnos, las cucarachas salen principalmente por la noche, lo que hace que muchas veces pasen desapercibidas. “Si ves tres de día, tenés cincuenta de noche”, advierte Molinero, destacando que el número de ejemplares visibles durante el día suele ser solo una pequeña muestra de una infestación mucho mayor.
La especie más común en interiores es la cucaracha alemana (Blattella germanica), de color amarillento y gran capacidad para trepar. Aunque no vuela, se propaga con rapidez entre departamentos o casas contiguas. Además del rechazo que provocan, representan un riesgo sanitario: dejan rastros sobre los alimentos y las superficies que pueden contener bacterias como la salmonela, así como virus, hongos y alérgenos que agravan cuadros de asma y otras afecciones respiratorias.
El mayor desafío en su erradicación son los huevos, ya que, según el especialista, “nada los mata”. Si no se eliminan correctamente, la plaga puede reproducirse incluso a partir de una cucaracha muerta. “De una sola pueden salir las crías”, advirtió.
Por eso, Molinero recomienda un procedimiento similar al utilizado en el tratamiento contra los piojos: una vez eliminado el insecto adulto, hay que destruir los huevos. En lugar de limpiar la zona con un trapo —lo que puede dispersarlos—, se aconseja usar una aspiradora y desechar la bolsa inmediatamente después de su uso, para evitar que las crías nazcan en su interior.
De esta manera, con medidas simples y atención a los focos clave, es posible mantener la cocina y el baño libres de estas resistentes invasoras.








