El Gobierno de Milei ante tensiones internas y externas en la antesala electoral

Hasta hace unos meses, varios diputados radicales que habían acompañado a Javier Milei estaban dispuestos a seguir alineados con La Libertad Avanza, pero hoy muestran descontento por el destrato recibido. Este malestar refleja una tensión creciente que alcanza también a los gobernadores, quienes se están articulando para presionar por una mayor coparticipación y reparto de recursos.
En paralelo, el PRO cerró acuerdos electorales con Milei en Buenos Aires y posiblemente en la Ciudad, pero Mauricio Macri, distanciado y molesto, evalúa eventuales movimientos de venganza política.
Aunque el oficialismo viene de victorias electorales recientes y proyecta nuevos triunfos, su fuerza legislativa se debilita. La actitud belicosa del mileísmo con aliados y opositores muestra señales de desgaste. Gobernadores que colaboraron para sostener el superávit fiscal, a pesar de la quita de subsidios y la suspensión de obras, ahora expresan públicamente su descontento por el costo social que enfrentan en sus provincias.
Una señal de alarma fue el comunicado conjunto del 23 de junio en el que los 23 gobernadores y el jefe de Gobierno porteño reclamaron por la distribución de fondos. La situación se agravó esta semana cuando la oposición avanzó en el Senado con proyectos que contemplan aumentos jubilatorios, moratorias previsionales y la emergencia en discapacidad, todos con media sanción. Milei anunció que vetará estas leyes, pero no está claro si podrá sostener el veto por falta de respaldo parlamentario.
A nivel interno, el Gobierno afronta tensiones en la cúpula del poder. Karina Milei y Martín y Eduardo Menem buscan construir un armado propio de “mileístas puros” y tomar distancia del PRO y de los gobernadores, un proyecto que choca con la visión de Santiago Caputo, el estratega principal de la campaña de 2023. A su vez, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, observa con preocupación cómo antiguos aliados legislativos se alejan.
La falta de diálogo con Victoria Villarruel, presidenta del Senado, agrava el cuadro. La relación está rota y Milei la acusa de traición, aunque evita confrontarla públicamente.
En la oposición, el kirchnerismo mantiene divisiones internas. Axel Kicillof y La Cámpora se disputan candidaturas y estrategias mientras Cristina Fernández se replega de la centralidad política. Además, dirigentes de Quilmes y funcionarios bonaerenses quedaron implicados en el ataque con bolsas de estiércol contra la casa de José Luis Espert. Una camioneta municipal, con patente adulterada, fue utilizada para la protesta.
El panorama electoral, económico y político anticipa un período de alta conflictividad mientras se aproximan las elecciones de octubre.