El mapa del dengue: en Tucumán hay 10 departamentos con casos
La curva de contagios sigue subiendo.
Ya hay más de 1.000 pacientes que tuvieron o están cursando la enfermedad transmitida por el mosquito Aedes aegypti. Cómo son los operativos. Factores que influyen en la epidemia.
Los casos de dengue se duplicaron en la última semana y ya suman 1.086 en Tucumán. La epidemia sigue avanzando, a tal punto que se reportaron contagios en 10 de los 17 departamentos. El último mapa provincial que muestra el desarrollo de la enfermedad que transmite el mosquito Aedes aegypti tiene a Lules como la localidad más afectada, con 563 casos.
La capital es la segunda jurisdicción donde más se notificaron pacientes nuevos: hubo 194 contagios la última semana y ya suman 445 desde que comenzó el brote, en febrero. Tafí Viejo, Yerba Buena, Cruz Alta, Leales, Burruyacu, Famaillá, Río Chico y Monteros también tienen casos de dengue.
En San Miguel de Tucumán, los barrios donde hay circulación de la enfermedad son: Los Lapachos, 23 de febrero, 11 de marzo, Ejército Argentino, Álvarez Condarco, ATE, Diagonal Sur (sudoeste de la capital). Al noreste: Villa 9 de julio. También en Villa Urquiza y Juan XXIII (noroeste) y en Alejandro Heredia, El Salvador, San Cayetano, Villa Alem, Villa Amalia y Villa Angelina (sureste).
En Tafí Viejo, hay circulación viral en Lomas de Tafí y en barrio Tiro Federal. En el departamento de Yerba Buena, la mayoría de los casos son de Villa Carmela, mientras que en Cruz Alta, hay en Alderetes y Banda del Río Salí.
El jefe de la Brigada de Vectores del Siprosa, Leandro Medina Barrionuevo, encabezó ayer un operativo en barrios cercanos a San Cayetano, donde se reportaron nuevos contagios de esta infección para la que no existe ningún tratamiento específico. “Siempre que se detecta un caso sospechoso se implementa el protocolo de bloqueo, que apunta, por un lado, a buscar nuevos pacientes con síntomas y por otro, a hacer el control de criaderos de mosquitos, siempre y cuando nos dejen pasar al domicilio”, explicó.
Quienes padecen dengue pueden tener fiebre alta, dolor de cabeza (detrás de los ojos) y en las articulaciones, nauseas, vómitos y malestar general. No hay síntomas respiratorios. Después del cuarto día, hay que estar atentos a las formas graves de la enfermedad, que puede manifestarse con dolor abdominal y sangrado de encías y en la nariz. En esos casos será necesario internar al paciente. En estos momentos, hay 17 tucumanos internados en distintos sanatorios y hospitales.
Educación
Medina Barrionuevo señaló que están encontrando dentro viviendas bastantes recipientes con larvas de mosquitos. En ese sentido, tratan de educar a los vecinos para que sean partícipes de las tareas de prevención. “La gente suele pedir que fumiguemos, actividad que siempre incluimos en los operativos. Pero lo que necesitamos que la gente entienda es que apuntar a las larvas del insecto es el secreto para combatir el dengue”, explicó.
El mosquito tiene dos etapas de desarrollo: la de larva la completa en el agua. “Ese es el momento en el que es más fácil descubrirlo y controlarlo. Está en el tarrito y no se puede escapar. Tirás el agua, das vuelta el recipiente y ya está”, precisa.
El Aedes (la hembra) pone sus huevos en cualquier cacharro que contenga agua. Que sea limpia no es requisito excluyente. Un balde, una botella y hasta un pedacito pequeño de plástico de un juguete o una tapita le sirven al insecto. Casi todos los criaderos están en las casas, pero también en los sitios críticos, explica. Estos son: obras en construcción, gomerías, chatarrerías, desarmaderos, talleres mecánicos, terrenos baldíos, microbasurales y cementerios.
“No basta con tener el patio limpio de casa. Hoy hablamos de manzanas saludables, porque basta con que un vecino tenga un criadero de mosquitos para afectar a todos los que viven en esa cuadra. Por eso es necesario que todos se involucren”, sostiene.
Factores que influyen
De acuerdo al mapa de casos de dengue, ¿qué factores pueden estar influyendo en el avance de la epidemia? Según el análisis de Medina Barrionuevo, la falta de educación sobre la vida del mosquito y sobre cómo se desarrolla es determinante.
En los barrios donde hay microbasurales también esta situación influye mucho, remarcó. “Es algo que constantemente vemos cuando estamos haciendo operativos. A veces estos sitios se limpian, pero a la semana ya están de nuevo llenos de desperdicios. Son lugares en los cuales los vecinos manifiestan que no tienen una recolección regular de residuos”, puntualizó.
Otro punto que puede favorecer la propagación de la enfermedad, según sostuvo, es el mal servicio de agua corriente agua (no hay o falta presión). En estos casos, los vecinos acumulan agua en tachos grandes o medianos. “Les enseñamos que los tapen una vez que estén llenos y que, al tirar el líquido acumulado, limpien con agua hervida las paredes del tacho”, remarcó.
Las apreciaciones de este experto coinciden con los resultados de un estudio que realizaron investigadoras del Conicet en 2020. Este trabajo demostró cómo en el Gran San Miguel de Tucumán la epidemia de ese año afectó más a quienes vivían cerca de microbasurales o en contextos socioambientales poco favorecidos.
Las profesionales compararon los mapas de casos con las condiciones de saneamiento de los vecinos. Así encontraron que las zonas que reportaron más casos de la enfermedad coinciden con sectores de la ciudad que presentan peores condiciones de vida, donde pueden verse múltiples microbasurales, que abarcan desde residuos dispersos hasta grandes vertederos. También notaron cómo la infraestructura d tiene mucho que ver; por ejemplo: si el barrio tiene acceso a red de agua y si ese servicio funciona bien, si hay recolección de basura, y también los recursos económicos y la falta de empleo formal, entre otras cosas. Claramente no todos tienen las mismas posibilidades de afrontar un brote de dengue, concluyeron las expertas en el trabajo titulado “¿Qué pasa con el dengue?: una opinión socio-ambiental para el aglomerado Gran San Miguel de Tucumán”.