El secreto de Harvard para dormir mejor y despertar con energía: exponerse al sol apenas te levantás
Dormir ocho horas seguidas no siempre garantiza despertarse con energía. Muchas personas, a pesar de seguir todas las recomendaciones para un buen descanso, se levantan sintiéndose agotadas, como si no hubieran dormido. La ciencia explica que el problema no siempre está en la cantidad de sueño, sino en la forma en que nuestro cuerpo percibe la luz al comenzar el día.
Según investigaciones respaldadas por la Universidad de Harvard, exponerse a la luz natural al despertar es uno de los ejercicios más simples y efectivos para mejorar la salud y regular el sueño. El motivo es biológico: la luz solar actúa como un reloj que pone en marcha todo nuestro metabolismo.
El neurólogo Emilio Gómez Cibeira, responsable de la Unidad del Sueño del Hospital Universitario Ruber Juan Bravo, advierte que la vida moderna nos mantiene poco tiempo bajo la luz natural y demasiado tiempo frente a luces artificiales. Esta desincronización provoca lo que los expertos llaman cronodisrupción, una alteración del ritmo circadiano que puede afectar el humor, el metabolismo y la calidad del sueño.
“El sol es el principal regulador del ritmo circadiano. Cuando la retina detecta luz natural, el cerebro interrumpe la producción de melatonina (la hormona del sueño) y activa el cortisol, que nos despierta y llena de energía”, explica Gómez Cibeira.
Por eso, el primer gesto del día debería ser abrir las persianas y dejar que entre la luz. Si es posible, recomiendan salir a caminar o realizar una breve actividad física al aire libre durante los primeros minutos del día. Esta exposición solar inicial ayuda a sincronizar el reloj interno, mejora el estado de ánimo y prepara el cuerpo para rendir mejor durante la jornada.
La luz artificial, por más potente que sea, no reemplaza los beneficios del sol. Solo la luz natural contiene la intensidad y el espectro adecuados para “reiniciar” el organismo. Así que, si te levantás cansado, antes de culpar al colchón o al café, asegurate de haberle dado a tu cuerpo lo que realmente necesita: un amanecer de verdad.
