Entre fuego, agua y deseos: los rituales del Día de San Juan y el solsticio de invierno
Una energía especial envuelve los primeros días de esta semana. Con la llegada del solsticio —de invierno en el hemisferio sur, de verano en el norte— se renuevan las celebraciones que mezclan tradición religiosa, ritos paganos y creencias populares. La verbena de San Juan, que tiene lugar entre la noche del 23 y la madrugada del 24 de junio, marca uno de los momentos más mágicos del calendario.
En distintas partes del mundo, y también en algunas regiones de Argentina, esta fecha convoca a rituales de purificación, transformación y renovación. El fuego y el agua, elementos ancestrales, se convierten en protagonistas de prácticas simbólicas que buscan canalizar buenas energías para el año que comienza con el nuevo ciclo solar.
Una fiesta de doble raíz
El Día de San Juan se celebra cada 24 de junio y tiene un doble origen: católico y pagano. En la tradición cristiana, conmemora el nacimiento de San Juan Bautista, figura clave que precedió a Jesús. En su vertiente más antigua y pagana, la fecha coincide con el solsticio y representa la victoria del sol sobre la oscuridad, un momento propicio para dejar atrás lo viejo y abrirse a lo nuevo.
Fogatas, hogueras, muñecos que se queman como ofrendas y hasta caminos de carbones encendidos por los que se camina descalzo: en muchas comunidades, la noche de San Juan es un espectáculo de fuego, fervor popular y esperanza.
Tres rituales simples para hacer en casa
- Para la salud y la belleza:
A la medianoche del 23, lavarse la cara con agua de mar o con agua de hierbas (como romero, lavanda o ruda) simboliza la limpieza del alma y del cuerpo. Se cree que esta práctica augura buena salud y belleza durante el año. - Para atraer el amor:
Encendé dos velas rojas y escribí en un papel el nombre de la persona que amás (o un deseo amoroso si aún no conociste a alguien). Dejá que las velas se consuman y guardá el papel y los restos de cera bajo tu almohada. Es un gesto de invocación al amor verdadero. - Para cumplir tres deseos:
Con una vela e incienso, escribí tres deseos en tres papeles. Quemalos uno por uno mientras se eleva el aroma del incienso. Luego, con la vela encendida en el suelo, saltala tres veces de lado a lado. Finalmente, arrojá los restos (cenizas, cera e incienso) a un curso de agua natural, para que se los lleve el río.
