Femicidio en Los Nogales: el defensor del imputado trató de desviar las sospechas hacia la nueva pareja de Julia Espinoza

El brutal crimen de Julia Elena Espinoza, de 42 años, ocurrido en la localidad tucumana de Los Nogales, sigue generando conmoción y repudio. En las últimas horas, la Justicia resolvió dictar prisión preventiva por cinco meses para Pablo Guillermo Mamaní, ex pareja de la víctima e imputado por el femicidio. El hecho, ocurrido el domingo por la noche, fue catalogado como el tercer femicidio del año en la provincia y el segundo en menos de una semana.
En la audiencia de formulación de cargos, la auxiliar fiscal Luz Becerra, en representación de la Fiscalía de Homicidios II que dirige Carlos Sale, presentó los elementos que vinculan a Mamaní con el asesinato. Lo acusó de homicidio doblemente agravado por el vínculo y por mediar violencia de género, y solicitó su prisión preventiva para garantizar el avance de la investigación.
Según la reconstrucción de los hechos, Julia Espinoza había iniciado una nueva relación con un hombre identificado como Víctor Ulises Arce. La noche del domingo, ambos se encontraban en la entrada de la escuela N° 393 “Miguel de Azcuénaga”, cuando Mamaní apareció en el lugar. Arce se retiró rápidamente y dejó sola a Espinoza, quien minutos después fue hallada sin vida, colgada de la reja del establecimiento con un cordón atado al cuello.
Inicialmente, la escena aparentaba un suicidio, pero la intervención de la Policía y las inconsistencias en las declaraciones del acusado permitieron rápidamente establecer que se trataba de un homicidio. Mamaní fue detenido cuando salía de la casa que compartía con la víctima y sus cuatro hijos, dos adolescentes de 15 y 13 años, y dos menores de ocho y tres. Al momento de ser interceptado, intentaba huir con una bolsa de ropa en su motocicleta.
En sede policial, el acusado brindó distintas versiones. En una supuesta confesión espontánea, relató que la víctima le había pedido el cordón de su pantalón para suicidarse y que él se lo había dado. En otra, reconoció haberla estrangulado tras una discusión y haber montado la escena para simular un suicidio. No obstante, en la audiencia negó haber hecho esas declaraciones: “Esa confesión nunca la dije, no sé de dónde sacan eso. Yo no he sido, confío en la Justicia”, afirmó.
El testimonio de los familiares de Espinoza fue clave. Su hermana, Valeria, relató que Julia ya había sido víctima de violencia de género por parte de Mamaní, quien incluso había intentado apuñalarla en al menos tres ocasiones. Según declaró, su hermana nunca se animó a denunciar por temor a represalias y por la seguridad de sus hijos.
Además, una amiga de la víctima aportó a la causa mensajes de texto enviados la noche del crimen, en los que Espinoza advertía que estaba discutiendo con Mamaní, quien ya sabía de su nueva relación. Para la Fiscalía, estos elementos consolidan la hipótesis de un femicidio premeditado motivado por los celos y el control.
La defensa de Mamaní, encabezada por el abogado Sebastián Pumara, se opuso a la imputación y a la medida de coerción, alegando que no se había investigado debidamente a Arce, la última persona que estuvo con la víctima antes del hecho. Sin embargo, la jueza Lorena Rocha hizo lugar parcialmente al pedido del MPF y dictó la prisión preventiva por cinco meses para el acusado.
El caso de Julia Espinoza se suma a la preocupante estadística de violencia de género en Tucumán, y vuelve a poner en foco la necesidad urgente de mejorar los mecanismos de prevención, asistencia y contención para mujeres que sufren violencia en sus hogares. La investigación continúa en marcha.