Guerra o venganza: las variables que se manejan en torno al incendio de un galpón en Villa Luján
Hasta el momento hay una certeza: el incendio a un depósito fue intencional. Los pesquisas, además de tratar de dar con los autores del siniestro, manejan dos hipótesis. La primera, que puede tratarse de una venganza contra el propietario. La otra: que sea apenas un capítulo de una batalla por el control de productos dietéticos en la capital tucumana. La Policía y la Justicia están investigando el caso que no tiene precedentes recientes en la provincia.
El caso, que no reconoce precedentes en la provincia, tuvo lugar en inmediaciones del cruce de las calles Don Bosco y Asunción durante la madrugada. El galpón ubicado en Don Bosco al 1.600 fue consumido rápidamente por las llamas y, por lla tarde, los bomberos que combatieron las llamas debieron intervenir nuevamente al constatar que se había reavivado el fuego.
Los vecinos pensaron en principio que se trataba de un robo y no de un atentado con fuego. “Empezamos a escuchar reventones, como roturas de vidrios y golpes de chapas, así que pensamos que había ladrones. Después un vecino vio por el balcón que salía fuego y llamó a la Policía. Cuando llegaron no podían entrar a ver qué pasaba entonces uno de los oficiales se subió a un techo, vio el fuego y llamaron a los Bomberos”, contó Soledad Cañete, quien vive sobre la calle Asunción.
El camión de Bomberos de la Policía y otras unidades de refuerzo estuvieron trabajando durante más de cinco horas en el lugar para extinguir el fuego. “Llamamos a los Bomberos Voluntarios de San Miguel de Tucumán, de Tafí Viejo y de Yerba Buena, más que nada por el abastecimiento de agua. Trabajamos con dos mangueras dentro del inmueble”, reportó el Director de Defensa Civil Municipal, Luis Lamontanaro, quien fue el primero en aclarar que el fuego podría haber sido intencional.
Con el correr de los días, las sospechas fueron confirmadas por las cámaras de seguridad del local y de los vecinos, que registraron todo lo que ocurrió en ese lugar, mostrando a tres jóvenes que caminan por la cuadra con bidones y botellas en sus manos, a quienes después se los ve ingresar al depósito y recorrer el recinto para iniciar el fuego.
Los desconocidos demostraron con sus movimientos que sabían muy bien cómo actuar y qué es lo harían una vez que ingresaran al depósito, donde se colocaron capuchas. “Era evidente que sabían de la existencia de la cámara”, comentó un allegado al equipo que lleva adelante la investigación.
Otro detalle que llamó la atención fue que ell trío tenía elementos de sobra para proceder sin problemas, ya que portaban linternas, bombas molotov y elementos para encender el fuego. “Pudo haber sido una tragedia si las llamas se hubieran propagado a las casas vecinas. La verdad es que no les importó nada”, agregó un investigador.
Representado por Ernesto García Biagosch y José María Molina, el propietario del galpón, cuyo nombre se mantiene en reserva para garantizar su seguridad, se presentó en Bomberos y en la Seccional 7° para entregar todas las pruebas que tenía en sus manos.
La víctima del ataque es un empresario que tiene varios locales que se dedican a la venta de suplementos para dietas y equipos para gimnasio. Después de haber crecido comercialmente, decidió transformarse en distribuidor en toda la provincia. Al parecer, su expansión podría haber generado malestar en el rubro.
“Todavía no tenemos claro cuáles fueron los móviles del ataque. Pero no podemos descartar ninguna por el momento. No podemos desconocer que los que hicieron esto sabían muy bien”, explicó García Biagosch que confirmó que el expediente está siendo tramitado en la Unidad Fiscal de Delitos Complejos que conduce Mariana Rivadeneira.
“Estamos trabajando de manera conjunta para dar con los autores. Fue un atentado que pudo haber generado hasta muertes. Eso es mucho más importante que la millonaria pérdida que sufrió nuestro representado.Este caso no puede quedar impune”, destacó Molina. Si bien es cierto que no se hizo una evaluación definitiva, se estima que el siniestro generó un perjuicio económico de unos U$S300.000.
La investigación está orientada a la búsqueda de las tres personas que desataron el incendio, para definir si se trató de una venganza personal contra el propietario del negocio o si se trató de una guerra en el mercado de suplementos alimentarios y equipos para gimnasios.
Fuente: CONT