Jaldo está en Buenos Aires: posible reunión con Massa
Los pases de factura por la derrota electoral y el llamativo silencio de Manzur.
La calculadora electoral está a full. Los resultados del domingo pasado en las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) pusieron en alerta a Unión por la Patria. Sucede que en varias provincias, la recolección de votos fue paupérrima si se los compara con los comicios provinciales. El desdoblamiento de fechas favoreció a los postulantes del oficialismo en las jurisdicciones subnacionales, pero expuso al Gobierno nacional a que la coalición oficialista se ubique en el tercer lugar del podio de las internas, por detrás de la Libertad Avanza y de Juntos por el Cambio.
Los pases de facturas están a la orden del día. Osvaldo Jaldo, el gobernador electo, tiene un diálogo permanente con el candidato presidencial y ministro de Economía, Sergio Massa.
Por llamadas o por WhatsApp siempre hay contacto. El interrogante en el entorno del líder del Frente Renovador es saber dónde fueron a parar los casi 250.000 votos que quedaron en el camino entre las provinciales del 11 de junio y las PASO del domingo 13.
El actual vicegobernador está desde ayer en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, a la espera de la reunión con el titular del Palacio de Hacienda.
No son buenos días para hablar de política electoral. Massa ya recibió al catamarqueño Raúl Jalil, al santiagueño Gerardo Zamora y al salteño Gustavo Sánz, uno de los gobernadores más allegados al tigrense.
La devaluación del 22% en el tipo de cambio oficial puso a la Argentina patas para arriba, con un recalentamiento de precios en todas las actividades.
“La campaña arranca en menos 10, pero hay que hacer un esfuerzo superlativo para cambiarle el humor a la sociedad en tiempo récord”, dijo un referente del jaldismo que ya está hablando con intendentes, comisionados rurales, legisladores y concejales, entre otros.
Faltan 75 días para la próxima contienda electoral, las presidenciales.
De política no habla
¿Y Juan Manzur? El actual gobernador se encuentra también en Buenos Aires. Sus funcionarios apuntan que el mandatario recorre pasillos oficiales para asegurar que las obras que tienen financiamiento de organismos internacionales avancen en su proceso administrativo y comiencen a ejecutarse antes de que cierre su segundo mandato como gobernador, el 29 de octubre que viene.
De política, el presidente del distrito Tucumán del Partido Justicialista prefiere no hablar. De vez en cuando pregunta cómo está el pulso de la economía.
Por ahora, se muestra alejado de la actividad política. No se sabe si habla con los referentes nacionales de Unión por la Patria, tampoco que esté organizando una ingeniería electoral en la provincia que le permita al oficialismo recuperar parte del terreno perdido en los últimos dos meses.
Tras las PASO, Jaldo también tuvo jornadas de reflexión, pero también de pases internos de factura por la falta de tarea de campo de varios dirigentes oficialistas, comenzando por los de su riñón.
En la noche de la estrepitosa derrota en las urnas, desde el manzurismo, particularmente el jefe regional del Ente de Obras Hídricas y Saneamiento (Enohsa) Gerónimo Vargas Aignasse, reclamó una apertura mayor del frente para captar votos en otras fuerzas políticas. La idea todavía no tuvo demasiado eco en la cúpula peronista.
El intendente bandeño, Darío Monteros (acompaña a Jaldo en Buenos Aires), demandó una autocrítica dentro de Unión por la Patria y responsabilidad política de aquellos que llegaron a algún cargo de la mano de esa coalición. “Hay que dejar al Gobierno en funcionamiento”, enfatizó en un claro mensaje a ministros, secretarios de Estado, legisladores, concejales, intendentes y comisionados rurales.
La convocatoria del domingo pasado en la Casa de Gobierno tuvo llamativas ausencias que despertaron más de un comentario tanto en el manzurismo como en el jaldismo.
Las internas siguen abiertas también en el oficialismo. A eso se suma la falta de argumentos para sostener un discurso que trate de llegar al electorado y explique porqué la Argentina pasa del cepo a la estanflación sin escala y de la falta de reservas a una devaluación de la moneda nacional, tan brusca que aún la sociedad no llega a medir el impacto final y las consecuencias de esa decisión oficial.
Por Marcelo Aguaysol