Kicillof en crisis: la tensa relación con Cristina Kirchner y La Cámpora en su búsqueda de autonomía
Axel Kicillof atraviesa un proceso de profunda crisis y revelación personal mientras enfrenta la presión política de La Cámpora y el distanciamiento de su antigua mentora, Cristina Kirchner. La decisión del gobernador bonaerense de no apoyarla en su carrera para liderar el Partido Justicialista (PJ) marcó un punto de quiebre en su relación con la ex presidenta, quien lo había respaldado durante más de una década.
En medio de esta tensión, Kicillof busca definir su camino político propio sin romper del todo con el kirchnerismo, un equilibrio que podría ser crucial para sus aspiraciones presidenciales. Legisladores cercanos al gobernador advierten que su autonomía es vista como una amenaza por los sectores más duros de La Cámpora, liderados por Máximo Kirchner, quienes perciben que Kicillof intenta desafiar la conducción histórica de su madre.
A pesar de haber sido electo dos veces como gobernador de la provincia de Buenos Aires, Kicillof carece de una base política propia en las cámaras legislativas, ya que se subordinó a la influencia de Cristina Kirchner, quien siempre favoreció a La Cámpora. Sin embargo, tras asegurar su reelección, el gobernador ha comenzado a construir un espacio político independiente, lo que ha desatado una ofensiva pública por parte del camporismo para debilitar su liderazgo.
El reciente lanzamiento de Cristina Kirchner como candidata a la presidencia del PJ sorprendió al entorno de Kicillof, quien ya había manifestado su apoyo al gobernador riojano Ricardo Quintela. Esta movida fue interpretada como un intento de reafirmar el control sobre el partido y evitar que Kicillof consolide su liderazgo. Sin embargo, la estrategia de La Cámpora para disciplinar al gobernador terminó por consolidar su posición de independencia, una postura que, según algunos de sus allegados, representa un rechazo a la lógica del sometimiento que fracasó con Alberto Fernández.
La tensión entre Kicillof y Cristina Kirchner alcanzó su punto más álgido cuando la ex mandataria lo comparó con figuras bíblicas como Poncio Pilato y Judas, acusaciones que evidencian el deterioro del vínculo y la creciente debilidad política de la ex presidenta. Ahora, Kicillof enfrenta el desafío de mantener su autonomía sin alienar a su base electoral, que aún guarda lealtad a Cristina Kirchner, mientras traza su camino hacia un eventual liderazgo en la política nacional.