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La desmayan para robarle el celular en la plaza Independencia

 La desmayan para robarle el celular en la plaza Independencia

Entre el sábado y ayer, seis víctimas de delitos contra la propiedad terminaron heridas. Preocupa el nivel de violencia de los asaltantes.

“Fue un fin de semana muy movido. Hace tiempo que no vivíamos una guardia con tanto trabajo”, explicó Mario, médico residente del Centro de Salud que quedó perplejo por la cantidad de heridos que tuvo que atender entre el sábado y ayer a la madrugada. Los vecinos de las zonas donde se registraron violentos robos en los que seis personas sufrieron diferentes heridas, dicen que los delincuentes “andan desesperados por conseguir lo que sea para robar. No les importa nada. Andan armados y decididos a hacer cualquier cosa, incluso, matar”, señaló María Luisa Martínez.

Estos son algunos de los robos que terminaron con personas lesionadas:

Ataque en la plaza

El hecho más grave se registró en la plaza Independencia. Una joven de 16 años debió ser internada el sábado en un sanatorio privado después de que le robaran el celular en el centro del paseo público. Según las actuaciones, la adolescente iba caminando cuando fue interceptada por un grupo de jóvenes. La amenazaron y le dijeron que les entregara el celular; como se resistió la empujaron y cayó pesadamente al suelo, golpeando su cabeza con el piso. Por la caída perdió el conocimiento.

El robo fue registrado por el Centro de Monitoreo, pero cuando llegaron los policías sólo encontraron a la joven desmayada, por lo que la llevaron a un sanatorio privado, donde quedó internada en observación.

“Lo que cuenta la gente es que la chica estaba con sus amigas y fueron sorprendidas por unos changuitos que las quisieron asaltar. Las jovencitas los enfrentaron porque no querían que les quiten nada. Se produjo como una especie de pelea y la más flaquita de todas voló con un empujón. Al caer al suelo, golpeó su cabeza con toda, por lo que se desmayó”, relató Juan Carlos Medina, empleado de un drugstore.

Juana Soria, empleada de comercio, dijo: “en la zona siempre hay policías, pero a veces, cuando es el cambio de turno, no queda nadie. Los choros lo saben y ahí atacan. También es cierto que están los motochorros que circulan despacito por la plaza y cuando ven una víctima, la atacan. Los policías reaccionan, pero huyen rápidamente”.

“Vivo fuera de las cuatro avenidas y este tipo de robos es de todos los días. No entiendo por qué no puede darse en esta zona, si es el lugar donde más gente hay. ¿Más policías? ¿Dónde están? Si están robando en todos lados”, sentenció Mario Pérez, empleado de una guardería.

En Congreso al 2.200

E.M.D.L.V, de 31 años, había salido de su domicilio en el sur de la ciudad el sábado a bordo de su moto para realizar unos trámites. Al llegar a Congreso al 2.200, fue interceptada por un joven que sacó un arma y le apuntó. La víctima detuvo su marcha y el asaltante la empujó del rodado, haciéndola caer al suelo. Ella sufrió politraumatismos y fue trasladada hasta el Centro de Salud.

“Los pendejos esos son una porquería; andan drogados todo el tiempo y no les importa nada. Viven del robo”, explicó Ester Campos. “Este caso es común en esta zona. Hay otra modalidad: van dos en una moto buscando víctimas. Se les ponen a la par y si no tienen armas, de un empujón los tiran al suelo para robarle”, añadió.

Marcos Jiménez se mostró molesto. “No puede ser lo que está pasando. El pueblo está dividido. Por un lado estamos los laburantes que sólo queremos vivir dignamente y ellos, los que buscan vivir del esfuerzo de todos robando sin asco. Si las autoridades no hacen nada, acá nos terminaremos mal porque nos enfrentaremos entre todos”, señaló.

Zona sur

J.L.O (66) estaba el sábado a las 9.45 en la puerta de su vivienda del pasaje Sánchez Loria al 1.900, en el sur de la capital. Un adolescente lo observó y, después de preguntarle algo, el menor extrajo un cuchillo y lo amenazó con herirlo si no le entregaba el celular. La víctima se resistió y el atacante lo hirió con el arma blanca en el abdomen. “En esta zona nadie se puede sorprender de nada. Siempre pasa lo mismo. Andan los pendejos estos perdidos por las drogas buscando qué robar”, explicó Francisco Peletelli. “Necesitamos más presencia policial. No puede ser que sólo estén en Barrio Norte”, añadió.

Cuidacoches asaltado

También el sábado, pero por la tarde un “cuidacoches” fue apuñalado en la puerta del hospital Avellaneda. Según la denuncia de la víctima, cerca de las 18.30, estaba contando el dinero que había recaudado y, cuando levantó la mirada, descubrió que dos jóvenes que circulaban en una moto detuvieron abruptamente. Relató también que le exigieron que les entregara el efectivo, pero como se resistió, uno de los atacantes extrajo un cuchillo y le aplicó una puñalada en el abdomen. Fue atendido en el centro asistencial. “Estaba cuidando a mi sobrina y bajé a fumar un cigarrillo. Estaba mirando y de pronto escucho que frenó abruptamente una moto. Cuando me doy cuenta, dos tipos se abalanzaron sobre el hombrecito que cuida los autos. Pensé que era una pelea común y corriente, pero cuando vi la mancha de sangre me asusté mucho”, explicó Juan Carlos.

Pablo Ferreyra, vecino, fue uno de los pocos que aceptó hablar con LA GACETA: “aquí nadie quiere dar reportajes porque están hartos de denunciar y que nadie haga nada. Cómo será que están las cosas que le roban a un pobre infeliz que debe haber tenido $500 en el bolsillo”.

En Rivadavia al 1.000

El penúltimo hecho se registró ayer a las 5.30, muy cerca del centro. Dos jóvenes caminaban por Rivadavia al 1.000. Al llegar a la esquina de esa calle con España, un grupo las rodeó con claras intenciones de robo.

Uno de los atacantes sacó un arma de fuego y les exigió que les entregaran todas sus pertenencias. Las jóvenes se resistieron y el asaltante le disparó en el brazo a una de ellas. Luego huyeron del lugar. La herida fue llevada al Centro de Salud, donde fue atendida.

“¿Qué le puedo decir? Estamos en las manos de Dios. No estamos tan lejos de la plaza Independencia y sufrimos por la inseguridad. Hay policías dando vueltas, pero pareciera que los choros andan buscando la oportunidad para robar donde ellos no están”, explicó Eugenia García. “Aquí, en realidad, los únicos días que estamos seguros es cuando juega Atlético. La zona está llena de policías y si bien sufrimos por otras cosas, podemos estar tranquilos”, añadió Federico Fuentes.

Sector del parque

R.L.C (21) había concurrido a uno de los centros nocturnos que están en las inmediaciones del parque 9 de Julio. Pasadas las 6, decidió regresar a su casa. Cuando caminaba por avenida Benjamín Aráoz al 700 rumbo a su domicilio de Tiro Federal, fue abordado por dos jóvenes que circulaban en una moto roja y en un auto blanco. Uno de ellos se bajó del rodado y, pistola en mano, le pidió que le entregara todas sus pertenencias.

El joven no quiso hacerlo y el asaltante le pegó un culatazo en la cabeza que le generó un profundo corte en el cuero cabelludo. Fue trasladado hasta el Centro de Salud, donde fue curado y luego dado de alta.

Mario, un vecino de la víctima, le dijo a LA GACETA: “esa zona es un infierno. La Policía no puede estar en todos lados. Aquí hay otra realidad que la gente no quiere ver. Al chango lo asaltaron personas que andaban en un auto y en una moto; o sea, no roban para comer. Se está poniendo de moda que cualquiera haga de todo para sacar dinero y seguir tomando o drogándose”.

Fuente La Gaceta Tucumán

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