Lealtades e incomodidades de la política tucumana, tras las elecciones
En Tucumán nadie se siente cómodo. La lealtad es una cualidad que no abunda en la política. Los perdedores de ayer serán los aliados del presente y, tal vez, los compañeros del futuro. Las coaliciones tiemblan. La desconfianza transita a sus anchas en cada fuerza electoral. Judas Iscariote está en la mente de cada dirigente en cada encuentro político. Gran parte de ellos imita a Poncio Pilato. Los cambios son traumáticos. Hay vencedores y también perdedores. Hay quienes siguen bajo la cobija del poder y otros que están condenados al llano y a reciclarse hasta la próxima batalla electoral. Los matrimonios políticos se desarman y los hijos de la política quedan huérfanos. Hay heridas que no cierran y cicatrices que siguen visibles.
En la provincia dos cuestiones amplifican las internas de la política: los resultados de las elecciones presidenciales del domingo y el recambio institucional del domingo que viene. La oficialista Unión por la Patria (UxP) es un volcán. La euforia de unos es el miedo de otros. Pero el peronismo tiene esa rara costumbre de adaptarse a los cambios y seguir al líder de turno. Hoy es Osvaldo Jaldo, que dentro de cuatro días tomará el bastón de mando y la banda gubernamental para comandar los destinos de la provincia para los próximos cuatro años. Juan Manzur es el saliente. El actual mandatario sacó pecho en la elección del domingo en el que UxP recuperó casi 147.000 sufragios en el distrito respecto de la estrepitosa caída que tuvo en las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) del 13 de agosto pasado. Manzur está convencido de que su rol protagónico en esta oportunidad ha contribuido para que el Norte Grande recupere parte del terreno perdido. En el medio estuvo el “voto miedo” que se impuso al “voto bronca” encarnado en el libertario Javier Milei. Jaldo también activo el rebenque institucional. “Si no laburan como deben, no tendrán lugar en mi gobierno. Ustedes vean qué hacen”, dicen que el tranqueño comunicó a la tropa propia. Los dirigentes territoriales salieron el domingo a buscar, casa por casa, a los militantes. El gobernador entrante tejió alianzas que fueron gravitantes para alcanzar el objetivo electoral. El Partido de la Justicia Social (PJS) ha sido uno de ellos. La visita del líder de esa fuerza, Germán Alfaro, a la Legislatura ha sido una señal clara de ese proceso. La otra fue dada por Libres del Sur, cuyo líder, Federico Masso, terminó convirtiéndose en ministro de Desarrollo Social del nuevo gobierno. Pero hay más: los radicales están entre votar por Massa y desistir de la idea de hacerlo. Milei, en muchos de ellos, no es una referencia solvente para una futura presidencia de la Nación.
Juntos por el Cambio sintió el impacto del desmembramiento interno. Al comparar los sufragios recolectados el domingo pasado respecto de las PASO, esa coalición opositora ha perdido unos 58.300 sufragios. Patricia Bullrich no ha generado el efecto deseado ni siquiera en los municipios donde el radicalismo, el PRO, mucho menos el PJS tienen un peso específico por sobre el Partido Justicialista.
¿Por qué el radicalismo le daría la espalda a Milei en la segunda vuelta convocada para el 19 de noviembre? El presidente del comité nacional de la UCR, Gerardo Morales, tiene un buen vínculo institucional con el actual ministro de Economía de la Nación. De hecho, en los mentideros políticos se sostiene que el actual gobernador de Jujuy podría formar parte de un futuro gabinete, como ministro del Interior, en caso de que el tigrense llegue a la presidencia de la Nación. El radicalismo fue convocado para esta tarde a una cumbre en Buenos Aires donde definirá su rol en el balotaje. Electoralmente podría involucrarse con el massismo, pero públicamente dirá que le dará libertad de conciencia a sus correligionarios para votar a quien consideren “el mal menor”, dice un referente. Los radicales creen que el mejor argumento lo ha dado el actual jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta que, al referirse al libertario, dijo: “una persona que basa su carrera en la agresión no es lo que la Argentina necesita”. Apuestan más al bipartidismo que a un outsider.
De todas maneras, la UCR tucumana reclama gestos de parte de Osvaldo Jaldo. Al observar la composición de las autoridades del Concejo Deliberante de la Capital, los radicales creen que su partido debe tener un rol más protagónico no sólo a nivel nacional, sino también en Tucumán. “El gobernador electo le ha pagado con lugares importantes en la conducción institucional al partido de Alfaro por el solo hecho de proscribir a Juan Manzur de los comicios provinciales. Pero la UCR quiere el espacio que le corresponde”, indica un dirigente de peso. En la oposición existe la presunción de que el actual secretario de Obras Públicas del municipio capitalino, Alfredo Toscano, puede convertirse en uno de los vicepresidentes de la nueva conducción legislativa. Algunos creen que es oportuno pedirle una reunión al vicegobernador electo y futuro presidente de la Legislatura, Miguel Acevedo, para dejarle en claro cuál es la postura del radicalismo.
En la Cámara trascendió que la presidencia subrogante del cuerpo quedará en poder de Sergio Mansilla, y que es probable que el otro vicepresidente sea Aldo Salomón. De todas maneras, los referentes del oficialismo pueden llegar a ser definidos este mediodía en una cumbre de los 34 legisladores electos de Unión por la Patria. El encuentro servirá para delinear la conformación de un solo bloque parlamentario del oficialismo. Será la oportunidad para limar asperezas y hasta para decir, puertas entro, si es que hay alguien dispuesto a conformar otra bancada. Sucede que, en los últimos días, trascendió que algunos parlamentarios electos estaban dispuestos a recorrer un camino diferente, con pensamiento individual, más que la acción colectiva.
Jaldo también está construyendo poder futuro en esta instancia legislativa, de la misma manera que lo hizo en el Concejo Deliberante capitalino, de la mano de su reelecto presidente Fernando Juri. La reunión entre Jaldo y los alfaristas ha dejado públicamente en off side a la intendente Rossana Chahla, aunque ella y el diputado nacional Carlos Cisneros han mantenido una prolongada charla con el gobernador electo el domingo de las elecciones, en el primer piso de la Casa de Gobierno. Jaldo afirma que hay sintonía fina con la Capital y que su encuentro con el intendente saliente no modificará la relación política e institucional con la hasta ahora diputada nacional, que asumirá el domingo.
Por el lado de La Libertad Avanza, el presidente de Fuerza Republicana, Ricardo Argentino Bussi, asistirá hoy al encuentro convocado para las 20 por Milei en el Hotel Libertador, en Córdoba y Maipú de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Más allá de que el radicalismo le de la espalda al candidato libertario, Bussi señala que no dejará de hablar con los referentes de esa fuerza bajo la consigna de que el 19 de noviembre la Argentina deberá elegir “entre la corrupción y la libertad”. El líder de FR apunta que cuenta con el apoyo del PRO y de CREO, aunque esta última fuerza ha condicionado su aval a Milei en tanto y en cuanto modere su discurso.
El último round de la pelea electoral mantiene en vilo a los argentinos. El escenario que nos espera es el de un juego de estrategias en el que las lealtades serán efímeras y circunstanciales y donde las incomodidades estarán a flor de piel. Como dice el analista político Gustavo Córdoba, para llegar a conducir los destinos de la Argentina Sergio Massa necesita mantener vivo y latente el voto miedo, mientras que Javier Milei precisa liberarse de todos sus fetiches y obsesiones, porque pactar con el antikirchnerismo no le alcanzará para llegar al triunfo. El final sigue siendo abierto.
Fuente: LA GACETA
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