Macri escucha y tendrá en vilo a sus aliados hasta abril de 2023
A mediados de la semana que terminó, se realizó la segunda reunión de trabajo de las fundaciones que componen Juntos por el Cambio con el deseo de que los candidatos presidenciales y, fundamentalmente quienes lleguen al poder si ganan en 2023, tengan herramientas a disposición y las “ejecuten”, aunque saben que no dependerá de ellos el tiempo y la forma de tomar las medidas de gestión.
Las cuatro fundaciones que reúnen a los equipos técnicos del PRO, la UCR, la Coalición Cívica y el Peronismo Republicano habían debatido durante dos días, primero en la sede “amarilla” de la calle Balcarce, y luego en el Comité Nacional del radicalismo.
Y más allá de los ruidos y los tironeos internos, que trascienden a la propia alianza opositora, ellos están seguros que “Juntos por el Cambio está más fuerte que nunca. No habrá locuras, nadie las predice, ni tampoco nadie las convalidará”.
Es que a medida que se avecina el tiempo electoral, y las urgencias económicas del país no son resueltas por el Gobierno, todo se agrava. Inclusive algunos, como Gerardo Morales, observan que el protagonismo extremo que asume Cristina Fernández de Kirchner en el dominio del oficialismo y la transforma no solo en la ordenadora del espacio, sino en la propia candidata.
Si bien esta hipótesis no es propia, sino que surge de las propias entrañas del Instituto Patria, la contraparte podría llegar con un empecinamiento de Mauricio Macri por tener su segundo tiempo. “Es ella contra él. Y nosotros estamos todos afuera”, grafican tanto desde el radicalismo como de buena parte del PRO y hasta el Frente Renovador y el nonato albertismo que puja para ver cómo se reacomodaría a esa nueva realidad.
Inclusive, la “crisis” haría que los grupos radicalizados vayan por la búsqueda de su propia clientela electoral y algunos aventuran una alianza entre Macri con Javier Milei, con el resto como meros espectadores. “Olvidate, eso no va a pasar”, le dijo a MDZ un operador cercano al vicepresidente que sigue degustando de ponerlo en problemas a Horacio Rodríguez Larreta.
Extrañamente, el alcalde porteño, que siempre puja por no pelearse con nadie, termina siendo el foco de las mayores tormentas. Macri, Milei, Patricia Bullrich y hasta Facundo Manes lo tienen entre los que no lo invitarían a los siguientes cumpleaños. Falta que los radicales Martín Lousteau y Gerardo Morales confirmen su alianza para que se le complique aún más todo al maratonista de la política.
Desdibujado, Rodríguez Larreta, quien tiene fama de buen pagador, está a tiro de la presión permanente. Sin un público propio, ya que el núcleo duro del PRO prefiere a Macri o a Bullrich, y sin ser radical, sabe que todo es en base de la negociación y a medida que no suba en las encuestas todo se le hará mucho más difícil.
De ser el candidato natural se transformó en el referente al cual todos le van a sacar algo. “Sí, obvio, si estuviera fuerte nadie se atreve a nada. Desde los que lo presionan en la Provincia hasta los que se le suben el precio en la propia Ciudad, todos están sabiendo que le está llegando el tiempo de la gran definición”, le confesó a MDZ un amigo que lo bancó desde el primer día y lo sigue haciendo.
Mientras tanto, Patricia Bullrich ya avisó que no quiere saber nada con los acuerdos locales ni provinciales. El sueño de la Y, que permite dos candidatos presidenciales pero con listas únicas desde el gobernador hacia los intendentes, deberá esperar hasta pasado el mes de abril.
Lo mismo para los intendentes que ya habían empezado a decir que si bien era factible la Y, lo más probable y lo que había autorizado la mesa provincial del PRO era la V, no por victoria, sino porque representa la unidad en los municipios pero la puja se daba desde ahí hasta la Presidencia.
“La experiencia de Manes dejó en claro que los intendentes y territoriales te terminan mintiendo y definen, vuelcan la elección para sus propios candidatos presidenciales y a gobernador con lo cual, a pesar de ser también tu candidato, te dejan pintado”, reflexionan en el entorno de Bullrich.
¿Cuál fue la experiencia Manes? En 2021, los intendentes del PRO en las grandes ciudades y los radicales del interior presionaron para que no haya PASO a nivel local por miles de argumentos, pero la mayoría porque no querían que los opositores marcaran cuántos votos le podían sacar. “Entonces prometieron igualdad de fiscalización. Y por supuesto, mintieron. Salvo en Moreno y San Miguel, en el resto de los pueblos del Gran Buenos Aires ganaron los amarillos”, recordó.
Conclusión. Más allá de las propuestas de unidad, candidaturas cruzadas y acuerdos locales, nada quedará en firme hasta bien entrado el año próximo con lo cual, habrá que ver hasta dónde llegan las acusaciones internas para saber si lo que programaron los equipos técnicos servirá como plan de gobierno o para armar aviones y barquitos con sus contenidos finales.