“No puedo perder contra Milei en Tucumán”: Jaldo se prepara para una elección clave en octubre

A cinco meses de las elecciones legislativas de medio término, la política tucumana entra en modo cuenta regresiva. El gobernador Osvaldo Jaldo ya perfila su estrategia electoral con un objetivo claro: evitar que el mileísmo avance sobre el principal distrito electoral del norte argentino.
“No puedo perder contra Milei en Tucumán”, fue la frase que resonó con fuerza tras un cónclave con los principales referentes de San Miguel. El mandatario lo sabe: ceder terreno en su provincia implicaría un debilitamiento institucional y político, tanto a nivel local como en su rol de interlocutor con la Casa Rosada.
Un escenario de tensiones internas y preocupaciones compartidas
Durante la cumbre justicialista, una advertencia lanzada por la intendenta Rossana Chahla encendió las alarmas: si no se reacciona a tiempo, el oficialismo provincial podría repetir la derrota que el peronismo sufrió en Salta a manos de los libertarios. La comparación generó diversas reacciones internas: algunos le recordaron que ganó la capital por apenas 6.000 votos frente a Beatriz Ávila, mientras otros le reprocharon su falta de estructura política propia. “Tenés gestión, pero cero política”, fue una de las frases más duras del encuentro.
Chahla, sin embargo, retrucó con firmeza: “no podemos ir 30 días antes de una elección con promesas; la gente no come vidrio; reclama soluciones”. Según su visión, hay sectores que apoyan su gestión, pero que consideran a Milei como un símbolo de cambio. Aunque el peronismo duda de que ese fenómeno se traslade a Tucumán con igual fuerza, las alertas están encendidas.
Jaldo a la cabeza: una lista con sello de gestión
Pese a las evasivas de algunos dirigentes para integrar la lista de candidatos, Jaldo parece decidido a encabezar la boleta del oficialismo. No sólo se trataría de un gesto testimonial, sino de una movida estratégica: blindar su gestión, preservar el poder político y medir la capacidad de movilización del peronismo tucumano. El gobernador ya analizó los resultados de las elecciones generales de 2023 y usará esas planillas para evaluar el rendimiento territorial de su dirigencia en octubre.
En su entorno, sostienen que la elección será un verdadero plebiscito a su administración. “El domingo 26 de octubre se puede tocar el cielo con las manos. Pero si perdemos, el lunes puede ser el inicio del infierno político”, advierten.
La lista, además del propio Jaldo, incluiría a figuras como Gladys Medina (sección Este), Gerónimo Vargas Aignasse (capital) y Elia Fernández de Mansilla (sección Oeste). En paralelo, el PJ activó una campaña de capacitación sobre el nuevo sistema de votación, con el objetivo de provincializar los comicios y evitar su nacionalización bajo el sello de La Libertad Avanza.
Tucumán Primero o el riesgo del repliegue
Para Jaldo, “Tucumán Primero” no es solo un eslogan de campaña, sino una doctrina política. El resultado electoral de octubre tendrá implicancias directas en su futuro: desde su poder de negociación en Buenos Aires hasta la posibilidad de una reelección en 2027. Una derrota abriría la puerta a un asedio institucional por parte de la Nación, mientras que una victoria lo posicionaría con fuerza en la disputa por reformas clave, como la coparticipación o la redistribución de cargas fiscales.
Aunque se trata de una elección legislativa, en el entorno del gobernador coinciden: no hay términos medios para afrontarla. Jaldo quiere jugar fuerte. Y si depende de él, lo hará desde el primer casillero de la boleta.