Reacomodamientos y tensiones en el Senado: Villarruel relanza su gestión en medio de internas y críticas
En el Senado de la Nación se vive una etapa de reacomodamientos que genera festejos en algunos sectores y preocupación en otros. La vicepresidenta Victoria Villarruel puso en marcha una serie de cambios dentro de su círculo más cercano, en lo que desde su entorno califican como un “relanzamiento de gestión”. Sin embargo, entre los trabajadores de la Cámara alta se advierte una “purga interna” con el ascenso de figuras que generan inquietud.
Uno de los movimientos más resonantes fue el desplazamiento de Gonzalo Izurieta (exdirector general de Recursos Humanos) y Grisela García Ortiz (exdirectora de Jurídico), quienes no fueron despedidos, sino trasladados a otras áreas. Ambos eran señalados por implementar medidas disciplinarias y controles estrictos sobre el personal, e incluso por haber provocado la renuncia de María Laura Izzo, exsecretaria Administrativa y figura de confianza de Villarruel.
Izurieta ocupará un nuevo cargo de enlace con las justicias provinciales, clave frente a los más de 200 pliegos judiciales que el Senado debe tratar. En tanto, García Ortiz pasó al área de Publicaciones, que la vicepresidenta busca potenciar con un perfil más político. Sus reemplazos serán Alejandra Figini y Martín Ferraro, respectivamente.
Más allá de los cambios formales, la tensión con el Poder Ejecutivo también quedó en evidencia. Durante la reciente cadena nacional encabezada por Javier Milei, Villarruel no fue invitada, a diferencia de otros referentes como Martín Menem. La ausencia expuso nuevamente el quiebre entre el Presidente y su vice.
En este contexto, toman protagonismo nuevos nombres cercanos a Villarruel, algunos con pasado polémico o enfrentados al oficialismo libertario. Uno de ellos es Mario “Pato” Russo, un consultor acusado por la diputada Lilia Lemoine de haber sido expulsado de La Libertad Avanza. Aunque no ocupa un cargo formal en el Senado, es considerado una de las voces que Villarruel más escucha.
Otro desembarco que generó fuerte repercusión fue el de Claudio Gallardo, un exmilitar con antecedentes en Inteligencia durante el gobierno de Cambiemos, señalado como jefe de seguridad informal y de acceso directo a la vicepresidenta.
A ellos se suma Iris Speroni, directora de Auditoría y Control de Gestión, quien según distintas fuentes internas, está ganando poder dentro del Senado. Crítica abierta del Presidente Milei, en su entorno se le atribuye influencia sobre varias de las remociones recientes.
Por otro lado, Juan Martín Donato, director de Atención Ciudadana y referente juvenil de Villarruel, habría perdido peso político tras estos movimientos. Apodado “el Cocinero” en los pasillos del Congreso, era uno de los encargados de su estrategia comunicacional digital.
Desde el entorno de Villarruel niegan que se trate de despidos masivos y remarcan que “nadie fue echado, se incorporó gente para ampliar el equipo y mejorar la gestión”. La estrategia busca descomprimir tensiones internas y reconvertir estructuras burocráticas en herramientas con peso político.
En paralelo, el Senado sigue siendo un terreno clave en la disputa entre Villarruel y el Ejecutivo. Con los pliegos judiciales aún pendientes y los recientes fracasos legislativos del oficialismo, la vicepresidenta se posiciona para ganar poder propio dentro de la estructura institucional.
