Sturzenegger acelera la desregulación: qué hizo y qué viene en el plan para achicar el Estado

Desde su asunción como ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger se convirtió en el principal ejecutor de la promesa más radical del gobierno de Javier Milei: desmantelar la burocracia estatal y liberar la actividad privada. La famosa foto de campaña con la pila de papeles junto a Patricia Bullrich fue apenas un anticipo de un proyecto que en siete meses ya modificó o derogó más de 400 normativas y desmanteló más de 200 áreas de la administración pública.
La reducción del Estado incluyó el cierre de ministerios, la eliminación de secretarías y subsecretarías, y un ajuste drástico en la planta de empleados públicos: decenas de miles de despidos y la prórroga limitada de 40.000 contratos precarios que vencían en diciembre. Además, Sturzenegger impulsó la Evaluación General de Conocimientos y Competencias, un examen obligatorio para quienes aspiren a ingresar a la administración nacional a partir de 2025.
Este paquete inicial, basado en la Ley Bases y el DNU 70/23, apenas representa “una cuarta parte” del plan, según reconoce el propio Milei. La segunda etapa será aún más profunda: se proyecta la eliminación del 90% de los impuestos para concentrar la recaudación en seis tributos principales, la desregulación del sistema de obras sociales para habilitar la competencia privada, una reforma previsional que eleve la edad jubilatoria y elimine regímenes especiales, y un nuevo ciclo de privatizaciones.
Con un cartel en su despacho que marca la cuenta regresiva para revisar más de 4.000 leyes, Sturzenegger asegura que la motosierra todavía no terminó. El objetivo oficial es completar la “implosión” del aparato estatal antes de 2025 y consagrar un modelo de mínima intervención pública que transforme la relación entre el Estado y la economía argentina.