Javier Milei: “Vamos por el buen camino hacia la normalización de la tasa de inflación”
El Presidente cree que en los próximos 100 días el país estará económicamente mejor y podría levantarse el cepo cambiario.
Si bien reconoce que la inflación “aún es alta”, el presidente Javier Milei aseveró: “vamos por el buen camino hacia la normalización de la tasa de inflación”. Confía en que la actividad tendrá “un rebote fuerte” cuando se levante el cepo cambiario.
Dijo que imagina que en los próximos 100 días, el país estará económicamente “mejor que hoy sin dudas, con menos inflación”. Y el nivel de reservas estará “mucho más alto”, según señaló en un breve diálogo con Ámbito.
Tras el repunte de la inflación en diciembre, cuando el índice de precios al consumidor llegó a 25,5%, tanto en enero como en febrero se observó una desaceleración. En febrero se registró una variación de 13,2% y los indicadores adelantados para marzo arrojan que la inflación del mes en curso podría alcanzar un nivel semejante al anterior. De darse, se trataría de un resultado que sería evaluado como favorable ya que marzo es un mes complicado por cuestiones estacionales (impactan gastos escolares, cambio de temporada en indumentaria, entre otros factores).
En cuanto a la posibilidad de levantar el cepo, el Gobierno viene realizando distintas gestiones reservadas para obtener financiamiento externo por 15.000 millones de dólares. La estrategia oficial pasa, según el medio mencionado, por obtener una ayuda del orden de los 5.000 millones de dólares del Fondo Monetario Internacional (FMI), otro tanto de algún país amigo y aportes menores, cercanos a los 1.000 millones de dólares, de distintos fondos de inversión.
Sin embargo, un elemento a tener en cuenta es que la eventual ampliación del endeudamiento con el Fondo demandará la aprobación del Congreso (artículo 2° de la ley 27.612 que fuera impulsada por el ex ministro Martín Guzmán).
Cómo fueron los primeros 100 días
En sus primeros 100 días, el nuevo Gobierno logró recomponer reservas (en diciembre eran negativas en cerca de 11.000 millones de dólares) y aquietar el dólar – la brecha entre el tipo de cambio oficial se ubica en torno de 22%-.
El aspecto que más destaca el Gobierno es el superávit primario y financiero que logró, a través de un fuerte ajuste, con una reducción interanual de 36% de las erogaciones reales, en lo que fue el mayor recorte de gasto de los últimos 30 años.
Sin embargo, este superávit se logró sobre la base de disminuciones en el gasto. Particularmente, en febrero las jubilaciones y pensiones tuvieron una caída de 38% interanual real y los gastos de capital disminuyeron 87,9%.
Al tiempo, se observa una marcada caída en la actividad. En enero los despachos de cemento disminuyeron 20% y el patentamiento de autos 33%, por citar sólo dos indicadores.
En la Casa Rosada confían en que, a partir de mantener el superávit fiscal, “la inflación se derrumbará” antes de lo que muchos esperan. Asimismo, confían en que con medidas como el levantamiento del cepo, como se señaló, “la actividad tenga una recuperación en forma de V” a medida que avance el año.
Sin embargo, distintos grupos de inversión que han pasado por el país recientemente e inclusive el Fondo Monetario Internacional, han planteado la necesidad que la nueva administración obtenga “consensos políticos” que le den sustentabilidad a las reformas que impulsa. El FMI, particularmente, fue enfático en cuanto a la necesidad de “preservar a los sectores más vulnerables”.
