El Gobierno celebra avances económicos, pero la reducción de la pobreza sigue siendo el desafío clave
Tras haber implementado uno de los ajustes económicos más severos de la historia reciente de Argentina, el gobierno de Javier Milei está celebrando una serie de avances en indicadores económicos clave, que incluyen una notable baja en la inflación, la estabilidad del dólar y una caída del riesgo país a niveles por debajo de los 1.000 puntos. Estos avances, aunque prometedores, plantean una pregunta crucial: ¿cuánto tiempo llevará que esta mejoría en los números macroeconómicos se traduzca en una reducción significativa de la pobreza, que afecta a más del 50% de la población, un nivel alarmante para un país con el potencial productivo de Argentina?
Desde la administración de Milei, el optimismo es palpable. Fuentes gubernamentales aseguran que la pobreza ya ha comenzado a descender, y que esta mejoría se reflejará en la próxima medición oficial. Afirman, además, que los salarios han empezado a recuperar terreno, superando la inflación mensual, que se habría ubicado en torno al 3% en octubre. Esto representa un respiro para los trabajadores, que en los últimos años vieron cómo sus ingresos se depreciaban en un contexto de altísima inflación.
El control del costo de vida ha sido un factor determinante para esta estabilización. A esto se suma el éxito del programa de blanqueo de capitales, que permitió al gobierno contener cualquier desborde en el mercado cambiario. La inyección de alrededor de 19.000 millones de dólares a las arcas del Estado a través de este mecanismo ha contribuido a disipar las dudas de los inversores sobre la capacidad del país de cumplir con los vencimientos de deuda programados para el próximo año.
Este escenario permitió al Banco Central tomar una decisión significativa: reducir la tasa de interés, un movimiento que busca incentivar el crédito y el consumo en un contexto de estabilidad. Además, fuentes del equipo económico sugieren que el próximo paso podría ser reducir la tasa de depreciación del peso, actualmente del 2% mensual, lo que ayudaría a controlar aún más la inflación y aliviar las presiones sobre el costo de vida.
El entusiasmo del gobierno y del sector financiero también se hace eco en los mercados internacionales. Analistas en Wall Street, que observan con detenimiento la evolución de la economía argentina, coinciden en que el programa económico de Milei está dando resultados visibles. Esta percepción positiva, argumentan, se reflejará en una mayor fortaleza política para el oficialismo de cara a las elecciones legislativas de medio término, donde el gobierno espera consolidar su base de apoyo.
Sin embargo, a pesar de los logros económicos recientes, la pregunta sigue siendo cuánto tiempo tomará que estos avances se traduzcan en mejoras palpables en los indicadores sociales, especialmente en la reducción de la pobreza y el desempleo. La pobreza, que afecta a más de la mitad de la población, sigue siendo un desafío urgente y crítico. En el entorno de Milei, existe confianza en que la próxima medición oficial de la pobreza mostrará una reducción significativa, incluso con la expectativa de que el índice baje por debajo del 50%.
A nivel local, los grandes conglomerados empresariales, incluidos aquellos que tardarán más en recuperarse, han expresado su respaldo a las políticas económicas del gobierno. Sectores clave como la agroindustria también muestran señales de confianza, destacando la fuerte liquidación de divisas durante octubre, un factor crucial para la estabilidad del tipo de cambio y las reservas del Banco Central.
En cuanto a la política internacional, la atención se centra en el panorama político de los Estados Unidos, donde las elecciones presidenciales entre Kamala Harris y Donald Trump podrían tener un impacto decisivo en la relación de Argentina con el Fondo Monetario Internacional (FMI). La influencia de la mayor economía del mundo sobre el FMI es crucial, y un cambio en la Casa Blanca podría afectar las futuras negociaciones del país con el organismo multilateral. Sin embargo, las opiniones están divididas sobre si un eventual triunfo de Harris o Trump sería más beneficioso para Argentina.
El camino hacia una mejora social tangible, que pueda aliviar los altos niveles de pobreza, sigue siendo incierto. Aunque la estabilización económica está en marcha y el gobierno confía en que los indicadores comenzarán a reflejar una mejora sustancial, el desafío será asegurarse de que esta recuperación sea inclusiva y sostenible a largo plazo.